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Vida Nueva
Por Héctor de los Ríos L.
El amor auténtico implica fidelidad, entrega, respeto, renuncia al egoísmo, sacrificio, alegría de compartir las penas y los momentos felices.
Si renegamos del amor conyugal, ¿qué será de nuestra sociedad? ¿Cuál será el futuro de los cónyuges y de los hijos de hogares cimentados sobre la inseguridad?
En el Evangelio de este domingo (San Marcos 10,2-16), Jesús de Nazaret vuelve a situar las relaciones de las personas en el proyecto divino original, unión sin límites ni condiciones: “LO QUE DIOS HA UNIDO, QUE NO LO SEPARE EL HOMBRE”
El matrimonio debe ser un vínculo de unión fiel y gozosa. Las crisis no significan el fin del amor, sólo están anunciando que éste es humano y que se pueden presentar fatigas en el camino. Por el amor, por la plenitud personal, por el futuro de los hijos, vale la pena luchar.
Jesús hoy desautoriza el divorcio por no responder al proyecto original de Dios. El amor de los esposos enraizado en Cristo, nunca fallará.
El jueves 11 de octubre se inaugura en toda la Iglesia EL AÑO DE LA FE , que se extiende hasta el 24 de noviembre del 2013. También comienza el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización y trasmisión de la fe. Oremos por estos acontecimientos de la Iglesia.
