Colombia, los 11 de la tribu

Por Jaime Salazar |

Colombia contra Venezuela: patriotas y 'criollos' al clásico Bolivariano

¿En qué se parece el fútbol a Dios?, preguntaba Eduardo Galeano en su ya clásico Futbol a sol y sombra: “En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que él tienen muchos intelectuales”. Así empezaba Galeano su apología de este deporte de masas que hoy enloquece de nuevo a Colombia. Ya quisieran los ministros religiosos tener tantos fieles como tienen las selecciones, y aún más la selección Colombia. En nuestro país la fiebre amarilla se toma calles y estadios, sea en la capital del atlántico o en los bares de la avenida sexta en Cali o en el Amazonas.

Hoy a las 7:00 pm se esperan en Barranquilla unos 50 mil furibundos fanáticos dispuestos a morir de hambre y sed (las boletas revendidas alcanzan los 300 mil pesos) con tal de ver a la selección Colombia: a los once de nuestra tribu, y a ‘Teofilo’ primero que a todos.

Razón tenía la madre de este habilidoso hijo de la arenosa, al bautizar a su retoño ‘Teo’ (del latín, dios), un verdadero Dios para los ‘quilleros’ por estos días.
Más ahora, cuando un ídolo con pies de… bueno, lesionados, como el ‘tigrillo’ Falcao se lesiona por dos fechas y a esta hora viaja en la pasa de un avión rumbo a la península ibérica, mientras aquí nos comemos las uñas pensando si la 'inédita' dupla podrá hacer algo contra el bosque de piernas de Venezuela, que viene de ganarle 2-0 a Argentina.

Lo que nos compete aquí es el estruendoso choque que vivieran patriotas y ‘criollos’ en la 2ª fecha de la eliminatoria, de camino a la tierra de la Samba en el 2014. Todo sea por ir a ver las garotas (en primer lugar), y segundo, ver de nuevo a la tricolor en ese evento de primer nivel mundial y no tener que consolarnos con los acompasados movimientos de Shakira y alguna canción oficial.

Ver a la selección es un imperativo para muchos, o como diría Galeano refiriéndose al desprecio de los intelectuales por el futbol: “La idolatría de la pelota es la superstición que el pueblo merece. Poseída por el fútbol, la plebe piensa con los pies, que es lo suyo, y en ese goce subalterno se realiza. El instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere”.

 Como sea, amamos nuestra selección, como peruanos, charrúas o los albos y los eslavos aman la suya, la nuestra es la cafetera, no será la mejor del mundo pero ahí está, con lo mejor que tiene, con la raza y la casta de este pueblo mestizo.

Veremos hoy al negro grande del Chocó, a Jackson Martinez, y claro, también a ‘migñia’ ese talentoso que bien podría ser aquel niño inquieto que corre por las playas de ladrilleros o Tumaco, pero bailando hoy en el metropolitano.

Y claro, la adusta frialdad de Yepez, la magia fresca de chaval James Rodríguez, el aventajado cadete Freddy Guarín, ya con catadura de general y por último, el chicuelo alegre y malicioso del Nacional, Dorlan, también llamado ‘memín’ Pavón, todo un espectáculo para no perderse, así sea la superstición de un pueblo, si nos hace felices y nos olvida de nuestros problemas por 90 minutos, bienvenido ¿No cree?

Los once de nuestra tribu:

D.T Leonel Álvarez

David Ospina; Gerardo Vallejo, Mario Yepes, Amaranto Perea, Pablo Armero; Gustavo Bolívar, Freddy Guarín, James Rodríguez, Dorlan Pabón; Teófilo Gutiérrez y Jackson Martínez.
 

 

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