2016: un año para avanzar y transformar la sociedad

Por Luz Betty Jime… |

Por Luz Betty Jimenez De Borrero  / Pablo A. Borrero V.

Los primeros días del año son propicios para realizar balances y hacer predicciones sobre los hechos y acontecimientos futuros, sin que por otra parte se profundice sobre su contenido esencial, lo cual nos lleva a conformarnos con una visión estereotipada y aparente de la realidad en que vivimos. Esta circunstancia no solo predispone la conciencia sino que restringe el buen juicio y el razonamiento de las personas que se dejan seducir con una porción del conocimiento derivado de las sensaciones e ilusiones que en general contribuyen a deformar la realidad.

Dicha actitud cobra especial significación en momentos en que se ahonda la crisis en todos los niveles de la vida social e institucional derivada de las contradicciones y conflictos que afloran en la sociedad, comprometiendo el presente y el futuro de las nuevas generaciones.

El propósito de esta reflexión consiste en exigir que el debate ideológico y político se centre en los aspectos fundamentales y no en la simple descripción y estadística de los fenómenos y procesos que se suceden constantemente y cuyas causas no son estudiadas ni analizadas con la profundidad que se requiere.

Esta circunstancia se revela en gran parte en las decisiones que se toman desde el Estado con ocasión  de la puesta en práctica de las políticas públicas cuyo objetivo y finalidad es conjurar los efectos indeseables de los fenómenos naturales y sociales, más no de erradicar sus causas que tienden a convertirse en hechos irreversibles que afectan el conjunto de la vida social.

Dicha manera de pensar y de actuar, alimenta las concepciones de algunos sectores sociales que niegan la posibilidad de un cambio e incluso llegan a afirmar que éste es cada vez más difícil de lograr en medio del caos y la anarquía total y absoluta que reina en la sociedad actual. En tanto que otros sectores confían en poder superar las dificultades que nos plantean la naturaleza y la sociedad, apelando para ello a políticas reformistas que por supuesto no resuelven los problemas ni modifican las condiciones que las determinan.

De todas maneras tal como reza el adagio popular, “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, en tanto las fuerzas sociales encarnadas en las clases y sectores democráticos y progresistas terminen pasando su cuenta de cobro a las viejas y desuetas fuerzas en descomposición representadas por las clases dirigentes que hoy poco o nada tienen que ofrecerle a la sociedad, lo cual tendrá que suceder en cuanto las ideas avanzadas y revolucionarias filosóficas, sociales, económicas, políticas, morales y la acción política basada en ellas, se difunda entre las masas y se convierta en un elemento movilizados, organizador y transformador de la realidad que hoy seduce y esclaviza a millones de seres humanos en todo el planeta.

Que el 2016 se traduzca en la oportunidad para afianzar la paz y avanzar en la acción conjunta de todas las fuerzas democráticas y progresistas en procura de un verdadero cambio de la vida económica, política y social de Colombia y de todos los colombianos.

Veeduria Ciudadana por la Democracia y la Convivencia Social

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