Leviatán, metal vallecaucano

Por Redaccion Cali… |

LeviatanLeviatán es el producto de un regalo decembrino. Hace muchos años, en la ciudad que vio morir al río Guadalajara, los niños recibían el acumulado de su buen comportamiento anual. Los padres, por lo menos los que podían pagarlo, se gastaban una buena porción de su prima de fin de año (sí, en ese tiempo existía) en complacer esta psicosis colectiva del Papá Noel. Bicicletas, una pistola de plástico ensamblada en Ceilán (sí, en ese tiempo se llamaba así) o las 89 piezas de un Lego Basic, los pedidos  regulares. Mauricio Gallego, sin embargo, recibió otro tipo de atenciones por parte de su padre. Acostumbrado a los artefactos útiles para algo, y poco propenso a las alegorías metafóricas del vulgar juguete antropomórfico, le puso los ojos encima  una guitarra. Sus cuerdas electrificadas animaron a Levi a armarse de otros elementos, esta vez conceptuales para hacer música.

Ya tenía con qué, ahora tenía que aprender a hacerla sonar. No cualquier cosa, tenía claro un género y una intensidad. Pasó el tiempo, otros colegas del mismo entusiasmo se sumaron a la causa, ensayaron juntos con cierta regularidad, compartieron experiencias. Claro, tenía que haber una banda. No hay muchos hombres orquesta en la industria del rock. Bueno, habrá que mencionar a Phil Collins. Fortalecido por el volumen, el proyecto compartido de hacer música fue tomando un norte definido. ¿Cómo vamos  a sonar? ¿Con qué instrumentos? ¿Quiénes? Por el momento contaba con su novia, Diana, que se hizo cargo del bajo. Además, tenía un caudal de información sobre el rock y todas sus variantes que le llegaba constantemente a la puerta de la casa: fotocopias de revistas, carátulas de casetes pintadas a lapicero, pastas prestadas, ya que no se podían copiar. Como puede verse, toda una industria de la piratería que, afortunadamente, permitió a las clases medias y bajas de las ciudades intermedias latinoamericanas acceder a un consumo cultural que en el plano legal les estaba vedado. Un CD original, o un casete en los tiempos de Upa, comprando en discotienda o en hipermercado, tiene un costo varias veces más elevado que una reproducción artesanal.

Leviatan Buga

En este estado de incubación estuvo la carrera musical de Leviatán el tiempo justo. Los integrantes de la formación definitiva ya estaban empezando a hacer su arribo. Muchos conocidos de pasaron por el grupo, unos se aburrieron por el género en el que estaban, otros se distrajeron con las drogas o las mujeres. Jhon, el guitarrista actual de la banda, no estaba en esta primera alineación. Cuando llegó tuvo que pasar por el bajo antes de convertirse en guitarra líder. Rubén, por otro lado, permanece desde los orígenes. El baterista vio acomodar cada pequeño ladrillo en el muro que los soporta.

Jhon Jairo, el guitarrista actual, y Mauricio se conocen desde hace mucho tiempo. La compenetración entre la voz líder y el guitarrista suele ser decisiva en la suerte de las bandas de heavy metal. Los niveles de confianza suelen elevar la eficacia y fluidez de los ensayos. Es entendible que uno quiera ensayar con mayor frecuencia si se siente cómodo con sus compañeros de labor. Y aquí sí que había confianza: Estudiaron juntos en el colegio, faltaron a clase juntos, fueron suspendidos juntos. Toda una vida de fortalecimiento de una amistad que ahora reportaba plausibles resultados artísticos. Para efectos de hacerlo más dramático, habrá que decir que también estudiaron juntos en el mismo instituto de formación intermedia, y que se inscribieron a la misma tecnología.

Cuando ya hubo una formación estable, Leviatán acudió al sonido más duro y refinado para estallarle los tímpanos a quién estuviera de acuerdo con el experimento. Empezaron a llegar los toques y las giras en bus intermunicipal. Ensayaban con dedicación de chelista. Casi todos los días hábiles en un comienzo. Luego, la cuota de ensayos se estabilizó en unos 3 a la semana. Ensayaban, la mayoría de las veces, en la casa de algún integrante de la banda. En un comienzo la casa de John fue invadida de cables, pequeños bafles que su mamá no comprendía del todo y todo el resto de partes de un arsenal sonoro que amenazaba con quemar los fusibles de la casa y dejar sin electricidad al barrio entero. Ante el peligro de una asonada por parte de los vecinos, o de un suicidio colectivo por electrocutamiento, fue acondicionado un cuarto en la casa de John, para los efectos que la banda dispusiera.

LeviatanLo demás fue dejar que el tiempo hiciera lo suyo. Así habla Mauricio sobre  el proceso de maduración de  la banda, desde que encontró su línea titular:

“El proceso de maduración siempre tiene que ver con lo que te está pasando en la vida en ese momento. La banda y su sonido van evolucionando reposando sus ingredientes en relación a tu edad y lo que vas viviendo. Dicha mezcla de experiencia y memoria se suman y te vas dando cuenta por ti mismo de los alcances que puedes llegar a tener. Aprendes a ser realista.  Algunas bandas optan por irse más suaves, otras por irse con la actitud ruda o más agresivas que el comportamiento de un perro bravo. Todo depende del estado de ánimo de las personas o cómo estén llevando su vida: los acontecimientos de la vida personal se reflejan en la música, eso es definitivo. Los integrantes de la banda, en su conjunto, maduran igual, a la par con lo que va madurando la personalidad de cada uno en su universo personal”

Una de las metas de la banda, la más inmediata, era consolidarse en el departamento. Sabían que debían acudir a la capital. Leviatán ha hecho rugir su animal sonoro en la ciudad de Cali, asistiendo al Cali Underground,  un evento en el que una banda que no lleve 7 meses de trabajo no debería presentarse porque no pasa. Tiene que probar su habilidad frente a más de 5.000 personas.  La primera vez que una banda se enfrenta a un reto semejante representa un logro iniciático bastante grande. La totalidad de los integrantes de Leviatán lo admiten: Estaban cagados del susto y los nervios no los dejaron ni equivocarse. Continuaron su andar con presentaciones en otros municipios, como Sevilla. Es Buga, sin embargo, la ciudad donde se sienten más cómodos, donde ya hay un pequeño grupo de fans que tararea las canciones. El sueño de todo músico, escuchar su creación en los labios de las multitudes.

En este enlace puede escuchar algunos temas de Leviatan

 

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