Las mascotas víctimas de la explotación intensiva

Por Andrés Belalcázar |

Los vendedores de mascotas, al parecer en su mayoría informales, van creando en la medida que crece su negocio verdaderos infiernos para los animales, las mascotas que se ofrecen en las calles son fruto de una explotación intensiva que las somete a las peores condiciones.

¿En que se basa la explotación intensiva de animales?

Las bases de la explotación intensiva de animales es por desgracia, la obtención de los máximos beneficios en el menor tiempo posible. Esto se consigue cuando se concentran los medios de producción y mecanización incrementando constantemente la producción. La ganadería intensiva está regida por las leyes de la producción industrial. Así que cuando vender perros o mascotas de raza se convirtió en un negocio rentable, los animales se sometieron  a estas lógicas. Embarazos consecutivos, hacinamiento, etc.

¿Ha sido siempre así?

Con respecto a los animales de consumo humano existen hasta hoy distinciones de origen, es así que todos distinguimos a los “pollos de finca”, pero en general la producción industrial se ha generalizado. En el caso de las mascotas no existe ese tipo de distinción y sólo cuando el dueño es un conocido personal o un reputado vendedor de raza se conocen las circunstancias que rodean su cría y venta. 

¿Qué ha cambiado?

Las lógicas del rebusque llevaron a muchos colombianos al mercado de las mascotas, después de conseguir (cómo sea que fuere) un animal de raza y su pareja, estos se reproducen sin descanso dando en los casos exitosos una rentabilidad que otros negocios no conocen. Un cachorro puede costar desde 150 hasta 500 mil pesos. 

¿Cómo viven los animales de una explotación intensiva?

Los animales de una explotación intensiva tienen una vida mucho más corta, pero además es una vida llena de sufrimiento, pues están constantemente encerrados en un pequeño espacio, no pueden tener un comportamiento normal de su especie y el embarazo constante llega a deformar sus cuerpos, en ocasiones dejándolos en estados de postración. 

¿Con que otros animales se práctica la explotación intensiva?

Por demás decir que hoy todos los animales que consumimos como carne son sometidos a estas condiciones. 

Pollos: están listos para salir al mercado a las 6 o 7 semanas de vida.

Gallinas ponedoras: nunca verán la luz del día y nunca disfrutarán de la oscuridad.

Vacas lecheras: preñadas cada año para que no dejen de dar leche.

Terneros: privados de la leche materna, preparados para el matadero.

Cerdos: máquinas de producir carne.

Un caso aberrante en Europa son las ocas a las que se les provoca una enfermedad del hígado para favorecer la elaboración del foie gras.

La otra cara de este comercio de mascotas esta en el llamado control de la fauna callejera; es un aspecto de la vida en ciudad que siempre ha estado en el centro de la polémica de los protectores de animales. La solución oficial ha sido simple, el exterminio y la esterilización. La segunda siendo tal vez la más humana, no ha terminado con el número creciente de animales en las calles y por ello hay  muchas entidades no gubernamentales que tienen lugares para su cuidado, recuperación y adopción.

El peso de la culpa sobre la alta población de animales de calle recae en mayor medida sobre los dueño de mascotas, es la irresponsabilidad y el desconocimiento el que ha ido llenando nuestras calles de animales que sufren. Y que no tienen mayor posibilidad de encontrar un hogar debido a que “no son lindos” o están viejos. También porque en la mayoría de los casos preferimos los de perros de “raza” que se consiguen en parques o tiendas de mascotas, despreciando a los perros llamados "criollos" fruto en algunos casos del descuido o la negligencia.

Hoy pedimos desde esta página que se revise la legislación respecto a la crianza y venta de mascotas, para evitar su cría en condiciones abusivas y se apliquen medidas a esta práctica comercial que logren terminar con el infierno de estas mascotas enclaustradas para parir sin descanso. 

A los compradores, una invitación, adopten o al menos esterilicen a sus mascotas. Estas dos medidas de seguro lograrán, con el paso del tiempo, hacer una diferencia. 

 
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