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Los resultados de un sondeo que se hizo entre los vecinos fue suficiente: Los habitantes de la parte baja de Terrón Colorado no tiene paz en las noches, cuando tras un día de trabajo o de caminar por los alrededores, tienen que sortear ataques de atracadores durante el recorrido. No solo en las empinadas calles del barrio en sí se puede vivir zozobra, sino por la orilla del río, sólo en la cuadra que separa el monumento del ancla de la calle que sube directo hasta arriba, atravesando las entrañas del barrio.
Para las mujeres se ha vuelto particularmente peligroso caminar cerca de la calle, ya que algunos raponeros que siguen derecho hasta Bellavista se los arrebatan cuando pasan por su lado y están en el borde del andén.
El camino por el camino peatonal del río es particularmente solitario. La ubicación de un CAI ambiental muy cerca del Gato de Tejada y uno móvil en las cercanías del ancla, donde se sube hacia Bellavista lograron durante un tiempo crear un circuito seguro en el área, protegiendo a todos los caminantes que transitaban entre un CAI y otro.
Hace unas semanas el CAI móvil fue retirado y ahora solo se complementa con un retén que queda justo al frente del otro CAI. Ya no hay un circuito para que las personas salgan a trotar o lleguen seguras a sus casas.
“Uno a veces se confía porque como es solo una calle cerrada la que sube, uno piensa que hay poco pro donde puedan escapar silo roban a uno. Peor bajan en cicla o en moto y así cómo podemos hacer algo”.
Las palabras de Dora Palacios, habitante del sector, solo reflejan una realidad que puede terminar por acabar una tregua que los delincuentes levantaron el día mismo en que quitaron el CAI móvil. Ya no hay control para las entradas a Terrón Colorado y Bellavista, algo que se podría lograr, en parte, con el regreso de los oficiales asignados anteriormente al área.
La ciudad puede designar a dos o tres policías que permanezcan en el punto de confluencia entre la Avenida del Río y la entrada a los dos barrios de montaña. Esperamos pronta acción d elas autoridades y la pronta restauración del CAI.
