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*Por Redacción
La puja por la Presidencia del Concejo de Cali para el año 2016 está como para alquilar balcón. Por compromisos de la coalición conformada por 14 de los 21 concejales electos el primer presidente del nuevo Concejo será del Partido Liberal y en ese partido hay dos candidatos: Carlos Pinilla y Juan Pablo Rojas. El que inicia será el cuarto periodo de Pinilla en el Concejo y el primero de Rojas, que es hijo del concejal José Uriel Rojas.
Aunque este episodio han tratado de venderlo como un pulso entre un concejal del viejo concejo y uno nuevo, no lo es tanto y lo que hay detrás de la puja por la Presidencia del Concejo tiene mucho más de fondo.
Juan Pablo Rojas fue en la práctica el candidato oficial de la administración de Rodrigo Guerrero al Concejo, porque además del respaldo de su padre, el concejal José Uriel Rojas, tuvo el respaldo del director de Desarrollo Interno de la Alcaldía de Cali, Juan Fernando Reyes, y de Nicolás Orejuela, ambos de la entraña del alcalde Rodrigo Guerrero y del alcalde electo Maurice Armitage.
Si bien Carlos Pinilla al igual que Juan Pablo Rojas no respaldaron al candidato de su partido a la Alcaldía, Roberto Ortiz, sino a Maurice Armitage, por lo anteriormente explicado Rojas es de la entraña de Armitage, Pinilla no.
Los ataques mediáticos lanzados contra Carlos Pinilla buscarían, entonces, debilitar su postulación a la Presidencia del Concejo para dejarle el camino libre a Juan Pablo Rojas.
En el equipo de Armitage saben que aunque Pinilla votó por él, no sería un Presidente del Concejo que obedezca órdenes del Alcalde y que con él al frente del Concejo, tendrían que “portarse bien” con la coalición, mientras que Rojas sí podría ser un presidente que le haga caso a Armitage y a su papá.
Para resumir: al Concejo le conviene que el presidente sea Pinilla, para mantener una posición más independiente frente a la Administración Municipal, pero a la Administración Municipal le conviene más rojas, porque le facilitaría todo al nuevo Alcalde. ¿Alguien se habrá preguntado a la ciudad quién le conviene?
