¿Qué esperan los caleños del Alcalde electo?

Por Luz Betty Jime… |

Por Luz Betty Jimenez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Muchas son las preguntas sin respuesta que se formulan los caleños en torno al futuro de la ciudad y al cumplimiento de las promesas que hiciera el candidato Armitage quien finalmente ocupará la alcaldía de la Municipalidad. En esta oportunidad se trataba de escoger a un candidato que antes de comportarse como un simple gerente de una empresa privada, actuara como un dirigente y administrador de la cosa pública, dispuesto a cumplir con los fines y principios del Estado Social de Derecho y garantizarle a los ciudadanos el derecho a disentir y a participar con sus decisiones en la solución de los problemas que los afectan y en cierta manera a esperar que el nuevo alcalde ejecutara sus ideas y proyectos en materia de empleo, seguridad, movilidad, etc.

Tratándose de resolver los graves problemas que tienen la ciudad y sus habitantes, el Plan de Desarrollo que presentará el alcalde a consideración del Consejo Municipal el próximo año no deberá contener una serie de programas generales y ambiguos que poco o nada servirán para afrontar los retos y desafíos del presente y futuro de la ciudad, dirigida y administrada al vaivén de las circunstancias e intereses de algunos sectores económicos y políticos que bajo el disfraz de la defensa del interés general se han beneficiado de los recursos del presupuesto municipal que se nutren de los altos impuestos que pagan los caleños en la actualidad.

Ahora bien, ya no se trata de quejarse por los errores cometidos con la distribución de la población en Potrero Grande que hoy vive en medio de un ambiente de violencia y que no tendrá solución incrementando el pie de fuerza de la policía en dicho sector. Ni es el momento para seguir pensando en como resolver el problema del agua en el sector sur oriente de la ciudad, con la suspensión del servicio por razones de turbiedad de las aguas del Rio Cauca, y menos asumir una actitud pasiva frente a la desforestación de las cuencas hidrográficas que surten los ríos de la ciudad, como tampoco transigir con la presencia de la minería ilegal en Los Farallones de Cali. En todos estos casos de lo que se trata es de actuar, de hacer, de planificar, de programar la actividad de la administración acorde con las necesidades e intereses de la comunidad caleña ligados con la existencia misma de su vida y bienestar social. Para ello deben priorizarse las necesidades, programas y tareas a realizar, comprometiendo a todos los sectores sociales a contribuir eficazmente con dichas funciones incorporando a los ciudadanos en el control y vigilancia de los asuntos públicos, conjuntamente con la obligación de los servidores estatales de defender el interés general como una forma de fortalecer la democracia en consonancia con la Constitución y la ley.

En este sentido el alcalde electo Armitage y su equipo no deben convertirse en los continuadores de unas políticas públicas que se repiten generando altos costos económicos y sociales que se trasladan a los contribuyentes tal como ha sucedido de tiempo atrás con la ejecución del denominado Plan de las 21 Mega obras; el desequilibrio entre la oferta y la demanda del MIO generando un servicio deficiente que ha estimulado el transporte pirata; la precariedad y mala calidad de la educación, salud, vivienda en donde prevalece el negocio por encima del servicio público, y los reiterados problemas de movilidad agravados con las medidas improvisadas e impuestas por la secretaría de tránsito municipal, tal como sucedió con el pico y placa desde las 6 A.M. en el sur de la ciudad, el cambio vial en el Peñón sobre la carrera 4 oeste, etc.

Se trata de  no caer en la simple discusión de las palabras con las cuales los mandatarios anteriores encubrieron la causa de los problemas que en la actualidad han aumentado dificultando su solución y con ello incrementando la crisis social que en última instancia ha producido mayores desajustes y desequilibrios en el tratamiento y solución de los conflictos ligados con la injusticia y la desigualdad crecientes en la ciudad de Cali.    

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social

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