Sí, al modelo constitucional de Paz

Por Carlos José Holguín |

*Por Carlos José Holguín

Los doctores Jaime Castro, Fernando Londoño Hoyos y Pedro Medellín  se han constituido en promotores del NO que al mejor estilo santanderista, y siguiendo esa férrea tradición legalista que poco le ha servido a Colombia, vienen argumentando que la aprobación del plebiscito pone en riesgo y se destruirá nuestra democracia, acabará con el orden legal y constitucional,  se destruirá nuestra economía y pasaríamos a ser un Narco Estado comunista.

Las razones que argumentan para semejante catástrofe se concentran básicamente en el Acto Legislativo No 1 de 2016, que es el que le dará vida jurídica al Acuerdo Final de la Habana. Según dicen, dicho A.L. le da poderes omnímodos al Presidente Santos para legislar sobre lo humano y lo divino. Acaba con la muy brillante iniciativa legislativa de nuestros congresistas. Mengua la justicia, y lo peor, no sé si por error, mala interpretación de la norma, o por pura malvada malicia,  dan a entender que las 297 páginas del Acuerdo de La Habana serán incorporadas de manera automática y como por arte de magia en nuestra Constitución.

El A.L No 1 de 2016  que como su nombre lo dice establecen los instrumentos jurídicos para facilitar y asegurar la implementación y el desarrollo normativo del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera,  contiene un procedimiento especial para desarrollar mediante leyes y actos legislativos, los acuerdos de La Habana, como es apenas normal y necesario, pues la refrendación del Acuerdo Final lo único que hace es darle un mandato al Presidente de la Republica para que empiece a implementar y desarrollar conforme con nuestro ordenamiento legal y constitucional dicho Acuerdo.

Es una falaz mentira decir que por refrendarlo el próximo 2 de octubre queda automáticamente en nuestra Constitución. Otra cosa es que conforme con la Convención de Ginebra por tratarse de Acuerdos Especiales pueda ser incorporado dentro de nuestro ordenamiento jurídico, pero mediante una ley aprobatoria, que deberá estudiarse y debatirse en el Congreso,  según  trámite especial contemplado en dicho A.L.

Pero veamos un poco en qué consisten tan preocupantes y apocalípticos anuncios.  Los tales poderes omnímodos que supuestamente tendrá Santos una vez aprobado el plebiscito, como el propio Medellín lo reconoce en sus escritos y declaraciones semanales, tiene clarísimos limites contemplados en el mismo A.L. y en todo caso siempre estará a salvo el control de constitucionalidad, otra cosa es que para el doctor Medellín  lo que la ley dice de manera clara, para él es mera fachada.

Que la iniciativa para las leyes y actos legislativos necesarios para el desarrollo e implementación del Acuerdo, sea solo del Presidente, afortunadamente. Ustedes se imaginan dejar dicha iniciativa en cabeza de nuestros Congresistas? que muchas veces ni siquiera van a trabajar.  De depender de ellos nos quedaríamos en el limbo quien sabe por cuánto tiempo, y ni hablar de las bestialidades y orangutanes que saldrían.

Que la acción pública de inconstitucionalidad se restringa a un control automático y único de la Corte, afortunadamente. Ustedes se imagina a los perdedores del NO, que aun sin haber perdido ya tiene demandada hasta la pregunta del plebiscito, poniendo mil y un demandas a cada ley que se apruebe solo para torpedear el proceso, y ganar por la vía leguleya lo que no pudieron en las urnas?.

No cabe duda de que en campaña cada cual se da sus mañas, y la de sembrar terror por el SI o el NO ha sido estrategia de unos y de otros. Lo de fondo es que en los acuerdos de la Habana, si hay reformas constitucionales pero reitero van al Congreso y a la Corte Constitucional, habrá escrutinio y participación ciudadana,con trámite expedito según el acto legislativo. Es torpe decir que al otro día de ganar el NO, las FARC se tomarían ciudades enteras  y arremeterían con una sevicia nunca vista, como también lo es desinformar que de ganar el SI, al otro día  llegaría el reino de las FARC, se arruinaría el país, se destruiría la democracia y la justicia… Por Dios.

*Abogado

Universidad Javeriana

Búsqueda personalizada

Caliescribe edición especial