De su puño y letra, los informales se defienden.

Por Andrés Belalcázar |

Por: Vinci Andrés Belalcázar

Más de 507.000 caleños se encuentran hoy en la informalidad. Muchos de ellos hacen del espacio público su lugar de trabajo. Los vemos en las noticias y las veces que pasamos por el centro. Estas personas son las victimas dobles de un sistema que no les dío muchas opciones: no tienen acceso a un trabajo digno y tambien se les niega el espacio que se toman para sobrevivir. El debate sobre el espacio público pasa siempre por encima de ellos y los silencia. Ahora usted puede conocer más de su lucha, conocer su punto de vista.  

 

 

Los vendedores ambulantes, estacionarios y artesanos de Cali publican los pormenores de su lucha por su derecho al trabajo en un blog. Sus problemas viene contados de primera mano, del otro lado de la batalla. La realidad vista de su lado tiene otros visos que quisieramos que ustedes exploraran en esa lógica de reconocimiento del otro, para que despues de escuchar sus argumentos, podamos pensar mejor las soluciones a un problema que se torna cada día más complejo.

http://vendedoresambulantescali.blogspot.com/2011/03/vendedores-ambulantes-de-cali-enfrentan.html


Las calles representaban y siguen representando un medio, aveces el unico, para el ejercicio del derecho constitucional al trabajo y al comercio. Este es un hecho que sigue enfrentando los modelos de urbanismo y ciudad con una realidad social de miseria e informalidad laboral ineludible.

Existen dos formas de concebir el espacio público: desde las clases medias y altas los mercados y la limpieza de las calles son un indicador de la disposición de la autoridad para respetar la ley; pero para las clases bajas, que trabajan en la calle, el respeto a esa ley puede significar la renuncia a su unica posibilidad de sustento y progreso.

El ambulante aparece a mis ojos como un grito viejo de alerta sobre la injusticia, los vicios de la economia y la educación, un grito al que ya no hacemos caso.

Apesar de la reciente “criminalización” que han sufrido las ventas ambulantes o en espaccio público no son sencillamente ilegales; se pueden hacer y se encuentra reglamentadas. Para llevarlas acabo se requieren permisos, pago de impuestos, certificados de salubridad y circulación, que en general no se cumplen.

 

Pero de cara al “nuevo latir” la alcaldía de Cali tiene muy clara su posición al respecto. Los nuevos espacios publicos o lo viejos que sean remodelados no admitiran la presencia del comercio informal, no admitiran la presencia de estos ciudadanos.
http://www.cali.gov.co/publicaciones.php?id=36921

El subsecretario de gobierno y convivencia ciudadana, Efraín Sierra Delgadillo dijo que el compromiso gubernamental es no dar permiso alguno para que se instalen vendedores ocasionales o ambulantes en sitios como el paseo del río, el boulevard de la Avenida Colombia y la plazoleta de la caleñidad, todos estos espacios públicos que se desarrollan en el marco del hundimiento de la Avenida Colombia, desaparecera gran parte de lo que conocemos y de la gente que vemos a diario que se mudara con su trabajo y su pobreza a otra parte. Más invisibles. Pero siempre quedará espacio para “el disfrute y solaz de propios y turistas”.

Es lo que se llego a llamar Anti-Homeless en Norte America, un concepto de ciudad que barre debajo de la alfombra las personas, que hace bancas incomodas donde no puedes dormir o puentes tapizados de espinas. Barreras ridiculas para ocultar los problemas sociales que producen la corrupción y la violencia de nuestra guerra centenaria.

El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas. Éste es uno de los derechos promulgados en el artículo 25 de la Constitución Política de Colombia, el cual sustentaría la labor de los vendedores informales.

La Utopía

Debemos tener en cuenta que el deseo de que las calles esten completamente libres de vendedores es una situación casi utópica; por lo que la solución no es erradicarlos, sino integrarlos de forma que no intervengan en la libre actividad de la ciudad, siendo estos un beneficio para nosotros porque nos brindan un servicio asequible y para ellos porque tendrán un lugar seguro y digno donde trabajar.

Los dejo recordandoles que visitar el sitio y leer con el entendimiento atento los articulos con que ellos mismos se representan. www.vendedoresambulantescali.blogspot.com
 

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