Bienestar social, arcas vacías

Por Admin Cali |

100 días de la administración Guerrero

Por Andrés Vinci Belalcázar

Dos factores marcaron los primeros 100 días de la presente administración, los Secretarios de las diferentes carteras tuvieron que lidiar con los “informes” de la administración Ospina, que en muchos casos no sirvieron para un empalme organizado, y la olla raspada del presupuesto de una ciudad que se entregó a un frenesí de gastos, llenos de buena voluntad según muchos, pero evidentemente mal planeados, que tienen al borde del infarto a varias Secretarías después de ese “nuevo latir”.

Para muchos, poco o nada ha hecho la administración durante estos meses y eso podría deberse a que los Secretarios son personas de nivel, muy preparadas en sus campos, pero con poca experiencia en la administración pública. Podría ser que apenas estén conociendo los vericuetos de las secretarías y de las relaciones que existen entre ellas y otras entidades. En fin, se dice que muchas no han arrancado y que otras no tienen con qué arrancar, ya sea porque en principio no encontraron la casa organizada para hacerlo o porque no les dejaron adjudicado el dinero necesario para cumplir sus funciones, en esta hora negra de la capital del Valle del Cauca, donde la salud, la seguridad, el desempleo, la educación y el bienestar social presentan un panorama desolador e injustificable.

La administración de Guerrero enfrenta por tanto una labor difícil, hay que admitirlo. Deben hacer lo que no se hizo en seguridad y sus primeros intentos tienen el sabor de la derrota, la guerra contra el narcotráfico y el desempleo son tal vez las únicas que pueden ofrecer resultados en este campo a largo plazo. Nadie va a arreglar la seguridad de Cali con toques de queda. Y lo nuevos efectivos de la Policía no llegan hasta diciembre. En salud no hay mucho que decir, sigue en debate la posible reforma a las Empresas Sociales del Estado (ESE), no hay estudios que digan exactamente qué hacer con ellas. Por esta rama llegamos al centro de este articulo la Secretaría de Bienestar Social, allí donde hacían falta 29 mil millones de pesos como mínino en el 2012 se han adjudicado 9 mil millones, cortesía evidente del gasto descomunal en otras áreas en años y administraciones pasadas.

Para remediar ahora lo que si se hizo se necesitan milagro hablamos de MEGAOBRAS, en su financiación, cobro, planeación, contratación y desarrollo.

Cali es hoy por hoy un paciente que fue a que le realizaran una cirugía mayor a una carnicería. Cómo las victima de los falsos cirujanos (a veces cirujanos plásticos) llega hoy a las manos de un doctor calificado en un estado que no le deja mucho que salvar. Si hiciéramos una comparación más odiosa podríamos decir que los “biopolimeros” de Ospina tienen en jaque la salud de la capital mundial de la cirugía plástica. 

¿Cuál es entonces el futuro de las “Mega Obras Sociales” que prometió el alcalde Rodrigo Guerrero?

Cuando se habla de inversión social se habla de salud, educación, bienestar, recreación, deporte y cultura. Generalidades. En realidad hablamos de la suma del esfuerzo de todas las Secretarías. Y aunque la Secretaría de Bienestar Social juega un papel importante, es el esfuerzo mancomunado de toda la administración el que realmente mejora la situación de las poblaciones vulnerables, tomemos el ejemplo del diseño y construcción de infraestructura en la ciudad, es importante que este responda a las necesidades de las personas con discapacidad, a las necesidades de esparcimiento de los jóvenes y a las necesidades de seguridad de los niños. Esto es bienestar social. Entonces podemos afirmar que ese bienestar se construye con un trabajo desde todos los frentes.

La Secretaría de Bienestar Social María Helena Quiñones, parece tenerlo muy claro y nos habló sobre ello:

“Estamos articulando las diferentes Secretarías desde sus funciones especificas en los diferentes problemas. En el caso del problema de pandillas y juventud, la Secretaría de Bienestar Social trabaja la prevención, así que no es nuestro trabajo intervenir cuando los jóvenes ya son pandilleros. Allí se hace un relevo con otras Secretarias.”

Este tipo de colaboración se hace indispensable para enfrentar la complejidad de los problemas de una ciudad como Cali. Por ello tal vez encontramos que estos primeros meses se han visto lentos en la administración, y es que si se esta haciendo bien el trabajo, hay que plantearse una compleja red de colaboraciones en las que no se desperdicien los pocos dineros disponibles.

¿Pero cuál es el trabajo concreto de la Secretaría de Bienestar Social?

“Nuestro trabajo está dividido entre la protección a la población vulnerable y el desarrollo territorial a través de las juntas de acción comunal (JAC), las juntas administradoras locales (JAL) y los Centros de Administración Social (CALI).”

¿Dentro de todos estos frentes de acción cuáles serán sus prioridades el resto del año?

“Frente al tema de descentralización ha sido clave en estos primeros meses el contacto con la comunidad no sólo para preparar las elecciones de las Juntas de Acción Comunal, sino también para conocer de primera mano los problemas y su impacto en los barrios. Espero que esto nos permita tener planes de acción más coherentes. Además estamos haciendo reformas en los CALI para brindar una mejor atención a la comunidad. Lamentablemente no había un sólo peso para las elecciones de las JAC. Pero estamos haciendo el trabajo y la capacitación pertinente para que los ciudadanos se registren en los libros y puedan elegir y ser elegidos. Los recursos llegarán.”

¿Y con respecto a la población vulnerable?

“No es un secreto que el presupuesto de este año nos ha puesto en apuros pero estamos comprometidos con dos problemas sociales a los que vamos a dedicar nuestro mayor esfuerzo, estos están relacionados con dos grupos poblacionales claves para el bienestar de una sociedad, se trata de los adultos mayores que sufren hace años el olvido administrativo y por supuesto la primera infancia; que es la clave para transformar la sociedad. Si protegemos y formamos a estos niños la ciudad tendrá una mayor oportunidad de salir adelante.”

¿Qué se ha adelantado entonces en estos dos aspectos?

“Desde el primer mes entramos en contacto con el ICBF en Bogotá y en estrecha colaboración con la misma institución en Cali pensamos desarrollar los programas para los adultos mayores y la primera infancia. Además la política pública de infancia y adolescencia esta lista para su discusión en el Concejo, dentro del paquete de proyectos de acuerdo. Esa política fue la primera petición del ICBF como un paso importante para abordar los problemas y ya se encontraba adelantada.”

¿Cuál sería el impacto de estos proyectos y políticas sociales?

“Impacto y resultados son dos cosas distintas. Quiero decir que el impactosería visible sólo al ver enelfuturo quépasoconesapoblaciónde niños a los que van dirigidos los programas. Digamos en dosañosparalosde5años y unos 4añospara quienes están entre los 4 y 6años.Esa respuesta la tendremos en dos o tres años a lo sumo en los programas para la primera infancia. Cuando los niños lleguen al colegio y veamos su desarrollo. Los Dos resultados que esperamos para diez años en adelante: producir más jóvenes y adultos de bien, así reduciríamos la delincuencia.”

¿En el caso de los adultos mayores como se mide entonces?

“En el caso de los adultos mayores la respuesta es inmediata. Lo que se hace es mejorar sus condiciones de vida y eso se hace visible en el mismo proceso. En un año veremos que resultados podemos ofrecerle a la población caleña que esta al final de su vida.”

Hablemos de plata

El mismo Guerrero dijo  que las finanzas de la ciudad son una “olla raspada”, en alusión a la gestión de Botero, quien entregó la Secretaría de Hacienda en el sexto lugar en el país en el ranking de ingresos tributarios contra ingresos corrientes, detrás de ciudades más pequeñas como Barranquilla, Cartagena y Bucaramanga. Incluso es posible que esto llevara a que Botero terminara por fuera de la Secretaría de Salud y se marchara a Caprecom, así dejaría de ser una figura incomoda en una administración en crisis financiera de la que él tendría directa responsabilidad.

Frente a esta verdad ineludible el presupuesto de muchas Secretarías fue de LIMOSNA, ese fue el caso de la Secretaria de Bienestar Social que como ya se ha mencionado necesitaba como mínimo 29  mil millones de pesos este año para cumplir con los caleños, pero recibió apenas 9  mil millones de los cuales al menos 4 mil ya están comprometidos con el funcionamiento de los hogares de paso. Es evidente que con una reducción de más del 60% en el presupuesto será difícil (sino imposible) hacer el trabajo que la ciudad necesita.

Fuentes externas de financiación

No sólo la Secretaría de Bienestar Social sino todas las Secretarías están en una empecinada carrera para la consecución de recursos extras. Ya sea del presupuesto nacional, de entidades privadas o internacionales, el reto para muchos de ellos es lograr la viabilidad de su gestión. En muchos casos sabemos por experiencia que se fracasará. Siendo así, podemos afirmar que por lo menos este año la cosa va a estar fea y las promesas del alcalde de unas nuevas MEGAOBRAS SOCIALES serán aplazadas y recortadas.

Esto significará a corto plazo una debilidad que los Concejales y otros grupos aprovecharan para ejercer presión sobre la administración.

También en este panorama cobran gran importancia la gran cantidad de ONG´s a través de las cuales se realiza o apoya la intervención social en la ciudad. Nunca como antes estas se convertirán en aliadas estratégicas. Esta vez lamentablemente no habrá demasiado que repartir y será más bien su sacrificio el que nos ayude a sobrellevar un poco el asunto. Así como lo hizo la Fundación Samaritanos de la Calle que siguió operando sus hogares de paso sin que se le girara un peso mientras se convoca la licitación que adjudicará los recursos.

Las comparaciones son odiosas

Debemos decir que el presupuesto para bienestar social en ciudades como Medellín triplica el presupuesto de Cali y que por ejemplo en la misma administración la Secretaría de Cultura y Turismo de Cali tiene un presupuesto de $21.000 millones. Si pensamos en que en últimas la cultura atraviesa estos procesos de intervención social de la A a la Z, esta plenamente justificada la cifra, diríamos otra vez: SE QUEDA CORTA.  Pero también toca preguntarse en que se gastarán esos dineros en realidad y su impacto e interrelación con Bienestar Social. Si en verdad podemos ofrecer cultura a las comunidades vulnerables, oportunidades de ellos mismos exportar también lo que consideran cultura.

Población LGTB y otras comunidades sentirán el bajón presupuestal

“En el apoyo a comunidades vulnerables nos interesa mucho la problemática LGBT. Este tema se ha trabajado poco anteriormente y nosotros estamos muy interesados en que se haga un plan de trabajo serio, para ello vinculamos a una persona de la comunidad que tiene amplia experiencia y que va a llegar a trabajar con nosotros en ese sentido.”

Manifestó la Secretaría de Bienestar, pero la realidad presupuestal ha dejado muchos vacíos que la buena voluntad no va a llenar.

“También queremos que  67 mil vidas, que no están en el SISBEN, ni por Bienestar Familiar. Y que dependen 100% de los demás, niños, ancianos, etc. tengan acceso efectivo a salud. Los adultos mayores están totalmente desprotegidos, a ellos y a los niños vamos a dedicar nuestro mejor esfuerzo”.

Es temprano para decir cualquier cosa sobre la actual administración y ya hemos aventurado bastante, sólo el tiempo dirá lo que será posible. Esta vez ojala los ojos de los ciudadanos estén atentos para vigilar y sus manos ansiosas de colaborar. Cali necesita más que nunca de su gente para sacar adelante el proyecto de ciudad que le devuelva algo de dignidad a sus gentes. 

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