Desastre ambiental en veredas de Dagua

Por Redaccion Cali… |

Redacción Caliescribe

En un gran problema ambiental se ha convertido la adquisición de tierras por parte de Cartón de Colombia en la zona rural del municipio de Dagua.  En el casco urbano de Dagua la altura no llega a los 900 msnm, sin embargo, en los corregimientos de la parte alta puede sobrepasar los 15000 msnm, haciendo estas tierras propicias para el cultivo del pino del que se obtiene el papel. Si bien sobre la vía al mar siempre se observaron amplios tramos poblados de pino, es un cultivo relativamente nuevo en las áreas internas montaña, las que están alejadas del aparato de infraestructura vial.

Aquí no hubo un desplazamiento violento y sistemático como lo hubo en el norte del departamento. El retiro, en este caso, fue voluntario. Nadie se ha quejado de las sumas pagadas por las empresas madereras a los antiguos tenientes de la tierra.

“En Santa María las señoras Martínez dejaron una casa valorada en 40 millones de pesos. Los hijos no vivían acá y no sabían a cómo se estaba comprando la plaza de tierra. Así que lo pensaban vender en 80 millones. Nadie creía que se los iban a dar, pero los del pino pagaron al contado. Como vieron que estaban dando buen dinero muchos empezaron a vender. De unos 5 años para acá unas 8 familias han vendido parte o toda su tierra”. Como queda claro en el testimonio de Alberto Mora, habitante de la vereda El Chical, la emigración ha sido masiva.

Migración interna

Los horarios y el contrato laboral que se establece en muchos de estos corregimientos, que hace parte de su legado cultural, es incompatible con las prácticas laborales de una industria multinacional o de cualquier aparato empresarial moderno. La norma acá es ser propietario y trabajar en tu tierra, o la tierra de tus padres o algún familiar. Llegaban jornaleros de otras regiones, por supuesto, pero eran hechos aislados y temporales. No hay algo como un hotel en la mayoría de estos pueblos de montaña. Sobre todo en los que se han encargado de explotar la industria papelera.

Es inconcebible para muchos campesinos trabajarle al capital de un tercero en lo que antes eran tierras de su propiedad. Los que se han enganchado con la producción de madera para papel lo han hecho en el marco del compromiso de cartón Colombia de contratar personal de la región. Sin embargo no es un trabajo que sea compatible con su cultura, y tan poco hay tanta densidad poblacional en este recóndito paraje para suplir la mano de obra calificada que es necesaria.

Así las cosas, las empresas han traído camiones cargados con trabajadores desde el Cauca, que laboran por temporadas y en pocas ocasiones permaneces tras vencer su contrato. Sin embargo, la presencia masiva y repentina de extraños ha causado malestar éntrelos habitantes de la zona. También hay que decir que el comercio se ha visto impulsado por esta migración, haciendo que tiendas olvidadas en la esquina del camino se vean repletas de clientes yo consumidores de cerveza los fines de semana.

La carretera que conduce desde el kilómetro 26 de la vía al mar hacía los corregimientos de montaña de Dagua también ha sentido la mano de la industria papelera. Si bien no ha sido aún pavimentada su estado es notablemente mejor al que se podía apreciar años atrás, cuando tenía tramos que recordaban películas de Indiana Jones. Ahora se han iniciado trabajos de delimitación, adecuación aplanamiento que han disminuido notablemente el tiempo de desplazamiento entre un corregimiento y otro.

La gente ve esto con muy buenos ojos, ya que ante el abandono estatal  fue la empresa privada la que vino a solucionar un problema que tenía a las veredas con una infraestructura de vías con un atraso de dos siglos. Hay que tener en cuenta que el 90 % de las vías de la parte montañosa aún está constituido por caminos de herradura, pero que ya exista un eje vial en condiciones decentes y con mantenimiento regular ya es el principio de la llegada de  la modernidad a estas tierras.

Publio Paz, ex notario del municipio de Dagua, asegura que la mayoría de registros de propiedad que el autorizó en los 50 estaban amparados en la memoria oral y la posesión física. Los inspectores de las veredas eran la única forma de autoridad directa con la que contaban los habitantes y todo se hacía a ojo.

El Queremal no ha sido afectado de la misma forma por una situación simple: es el eje turístico del  municipio. La gran cantidad de familias caleñas y de otras ciudades grandes que tiene una finca vacacional en el corregimiento genera unos ingresos, que se incrementan en las ferias, que hacen que el municipio no tenga la vocación 100% agrícola, que si caracteriza al resto de las veredas. Sin embargo, en parte de su zona de alta montaña ya se puede ver algunos bosques coníferos.

¿Qué le hace el pino a la tierra?

La razón principal no es sólo el desplazamiento de los campesinos asentados en estas tierras, y la muerte consecuente de su cultura, sino también el desastre ambiental que se gesta, en uno de las estrellas hídricas más productivas de la geografía colombiana.

Una investigación contratada por el banco de la República investigación realizada en el Páramo Gachaneca (Samacá, Boyacá) tuvo como propósito analizar los efectos producidos en el suelo por la presencia de plantaciones de pino. Se realizaron análisis de los aspectos fisicoquímicos y se describieron perfiles del suelo en diferentes áreas. Los resultados mostraron que dichas plantaciones están relacionadas con bajos contenidos de materia orgánica y humedad en el suelo; aumento de la porosidad, capacidad de campo y disminución de los valores de densidad aparente.  De otra parte, el impacto producido por la presencia de las plantaciones de pino en el Páramo Gachaneca no se da únicamente en el sitio donde está la plantación, sino que su efecto se extiende. Se concluyó que las plantaciones de pino ejercen un efecto negativo en estos ecosistemas, más aún teniendo en cuenta que la función hidrológica de los páramos se ve directamente afectada.

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