Paro agrario, reflexiones, ganadores y perdedores

Por Redaccion Cali… |

*Redacción

El movimiento social más grande de las ultimas décadas, el paro agrario nacional, permitió materializar un nuevo modelo de inconformidad urbana y rural en Colombia y por primera vez todo el establecimiento político, económico, judicial y de medios de comunicación salió altamente desquebrajado.

La explosión social y la caída vertiginosa de imagen del Presidente de la República, el Congreso, los gremios y empresarios; el aparato judicial y la prensa se debe a una política de no resolver los problemas, aplazarlos y apagar los incendios, dentro de un tapen-tapen de todos con todos  y ante todo por la falta de escrutinio público por parte de los conglomerados económicos, organismos de control y el cuarto poder, quienes se acomodan en sus propios intereses.

El punto de partida, es reconocer que el estado Colombiano no funciona, precisar que el modelo económico medido por la concentración de riqueza, desigualdad social, desempleo e informalidad, colapsó. Fácil reconocer que la gobernabilidad de Santos y la famosa Unidad Nacional hizo crisis, pero no pasa nada, pues todo queda circunscrito a una maquillaje en el gabinete.

La falta de cumplimiento de los principios del estado social de derecho y  dejar todo a merced de la fuerzas del mercado, cada día ha debilitado más el estado. El derroche económico en el gobierno Santos, empezando por los $4 billones de las viviendas gratuitas, originó la gota del derrumbe del modelo social y económico, adicionado a la falta de gestión para resolver las solicitudes de los departamentos y municipios. Pero parece que el Gobierno no se diera cuenta, ni los grupos economicos en cabeza de Sarmiento Angulo, que prefieren tapar todo mediaticamente con la campaña reeleccionista.

Las cifras del campo contrastan con las del campesino.

La prosperidad económica no llegó al campo y menos al campesino, contrastando con las importantes cifras del crecimiento del PIB en el sector agropecuario, que sacó la cara al expandirse el 4.2% en el segundo trimestre del año y 3.4% en el primer semestre del 2.013. Tras once años, el agro alcanzo un nivel del 7.6%, jalonado principalmente por la producción de café que aumento 32.4%. Paradójicamente el precio del grano esta más deprimido de los últimos cinco años ($425.000 por carga de 125 kilos). Con precisión hay que decir que la producción alta no se reflejó en los ingresos de los caficultores.Buenos resultados macroeconomicos en el sector pero no se irriga en los medianos y pequeños productores.

Lo que empezó como una protesta pequeña en algunos departamentos por la falta de rentabilidad de unos sectores agrícolas, terminó en una bomba social contra las políticas de muchos gobiernos, concentradas en el Presidente Santos.

Los  grandes ganadores: Los campesinos.

Indudablemente que los campesinos son los triunfadores, no solamente porque impusieron la agenda nacional, sino que se dieron cuenta que pueden cambiar un gobierno, sin gremios ni intermediarios.

Arrodillaron al gobierno, pusieron a pensar a todo Colombia, el capital y  los medios de comunicación cambiaron a su favor, ahora está el país dedicado a entregarle al sector agropecuario toda una reforma tributaria, que permita cumplir el denominado pacto nacional agropecuario.

Las dignidades cafeteras, papera, cebollera… conformadas por los labriegos han logrado materializar la organización de pequeños y medianos productores, que dejaron sin piso político al establecimiento, a los legisladores y empresarios, a las altas cortes, a los gremios económicos del país, quienes se olvidaron del verdadero productor de la economía, abandonaron la gente y por ello la protesta social, desafortunada o afortunadamente también es una ganadora.

También gano la industria de la caña.

En el Valle del Cauca y en sus 300.000 hectáreas planas no hubo protesta social, esto lo debemos reconocer. El hecho que nace a partir de una nueva economía azucarera fundamentada en una mayor responsabilidad social, con 265.000 empleos a través de toda la cadena de valor, una mejor calidad de vida de los habitantes de los Municipios donde los ingenios azucareros tienen área de influencia, donde hay mayor tasa de escolaridad, mayor tasa de alfabetismo, menor tasa de mortalidad y con una NBI menor que la media nacional.

Indudablemente se han mejorado las condiciones laborales para los empleados y obreros del sector azucarero, que después de la crisis de hace cinco años, con  el problema laboral con los corteros de caña, se ha  generado la oportunidad de diseñar y genera condiciones mas favorables para la población por parte de los ingenios, lo que se ha logrado gracias a un gremio que tiene la fuerza tecnica, economica y politica para liderar responsabilidad social empresarial y es ASOCAÑA. Una prueba irrefutable, fue el pasado paro nacional agrario que no vinculó los sindicatos agricolas del azucar y alcohol carburantes ni  afectó territorialmente al Valle del Cauca. Salvo el alza de unos pocos precios de alimentos , en la región no hubo desabastecimiento.

El gran perdedor, el sistema político.

Juan Manuel Santos, el gobierno, los Congresistas, la rama judicial y el cuarto poder salieron derrotados de una crisis que aún no tiene solución, donde el proceso del paz de la Habana ha pasado a un segundo plano, pues el verdadero conflicto de Colombia es el social, que está lejos de ser superado. La agenda y declaraciones de las diferentes ramas del poder público cambió para bien del país y ojalá se vea reflejada en las próximas elecciones con una reaxcción ciudadana, pues todos los partidos políticos también salieron perdedores.

Reflexión.

Ojalá el gobierno, el Congreso, las altas cortes y los empresarios entiendan que el país debe construirse todos los días entre todos, que no se debe seguir en el exclusivo club del interés particular, porque podemos crear peor que Venezuela como dice el industrial Vallecaucano Alfredo Carvajal Sinisterra, al derrumbar el aparato productivo y en consecuencia afectar el empleo y lograr un crecimiento de la informalidad. Si seguimos así se proyectaría  un cambio social por las malas liderado segura e insolitamente por la extrema derecha colombiana, cambios al que Colombia no está acostumbrado.

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