El imperio de las motos

Por Carlos José Holguín |

Por Carlos José Holguín

El subconsciente colectivo puede ser tan complejo y determinante del comportamiento humano como el propio, y  eso es precisamente lo que está sucediendo en Cali con el tema de los motociclistas, que más allá de lo que las normas digan, la peligrosidad evidenciada en los accidentes diarios, los controles u operativos, pocos e ingenuos por cierto, lo que el subconsciente les dice es que no hay ley ni autoridad.

Por qué ese convencimiento tan arraigado entre los usuarios de estos vehículos, porque es lo que la misma autoridad les ha dicho o al menos lo que ha percibido del comportamiento de esas mismas autoridades.

Hagamos un  pequeño recorderis arrancando desde la pasada campaña a al Alcaldía. El entonces  escurridizo candidato Armitage en un acto populistoide  propio de politiqueros, empezó a granjearse el favor popular de este importante sector poblacional  encabezando caravanas de motociclistas a los cuales  entusiasmaba con promesas reivindicatorias de tan sufrida forma de movilización, la cual según los spots publicitarios era la misma del peculiar candidato y por ello era solidario con  los padecimientos y sufrimientos de quienes tenían que recurrir a esta forma de trasporte. Les prometió entre otras cosas, el suministro de gasolina 24 horas y la eliminación de la prohibición del parrillero hombre, bestialidad de la que no se había posesionado aun y ya se había echado para atrás afortunadamente. Pero el mensaje quedo en el subconsciente. Un Alcalde que no va a controlar,  que gracias a la empatía que tanto promulgo durante la campaña se va hacer el de la vista gorda. Comprometió el principio de autoridad.  Y eso es lo que explica el incremento impresionante de parrillero hombre a todas horas del día y por todo lado, con la incidencia nefasta para la seguridad de ciudad.

Posteriormente el propio jefe de guardas reconoció que para poder inmovilizar una moto por la infracción de parrillero  habría que esperar una tal respuesta del Ministerio de Transporte, cosa que obviamente nunca sucedió, con lo cual se mandaba un nuevo mensaje de que aquí no va haber control.

Mas recientemente hordas de motociclistas de manera desafiante pero confiados en ese subconsciente colectivo de que aquí no nos pasa nada, se toman calles enteras de la ciudad, obstaculizan el túnel de la avenida Colombia y tras de ladrón bufón se hacen  videos que luego viralizan en las redes mientras que las cámaras del municipio están fuera de servicio y el Secretario de Transito sale a decir que no se enteraron, que eran muchos para poderlos controlar, que es culpa de la policía, y por último, la máxima de todas, que eso si  ocurrió pero en la pasada administración.

Una vez más se refuerza la creencia fuertemente arraigada en el subconsciente colectivo de que aquí no hay ni ley ni autoridad, que siga el relajo y larga vida al imperio de las motos. 

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