Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.
En medio de toda clase de infundios y de manipulaciones de la opinión pública nacional e internacional, ha quedado al descubierto la estrategia de la oposición de intentar romper la unidad de las fuerzas militares venezolanas con el frustrado alzamiento armado de un grupo insignificante de militares, que por lo demás fueron engañados y comprometidos en toda una aventura encaminada a derribar el gobierno del presidente Maduro.
Así mismo fracasaron las supuestas negociaciones promovidas por los Estados Unidos para sacar del poder al presidente Maduro, al tiempo que desde Washington el secretario de Estado, el señor Pompeo, advertía que Estados Unidos estaba listo para intervenir militarmente en Venezuela si era necesario.
No hay que olvidar que el presidente Trump ha sugerido en otras ocasiones la posibilidad de intervenir militarmente a Venezuela, al señalar públicamente que todas las opciones están sobre la mesa.
Dicha opción militar hace parte de la estrategia a seguir después del fracasado golpe de Estado y de que en algunos medios periodísticos se considera que lo sucedido constituye (refiriéndose al fallido golpe de Estado), “un paso más en una senda que irremediablemente terminará con la salida del poder de Maduro y su círculo”. (Editorial El Tiempo. 1 de Mayo de 2019).
Ya no queda la menor duda de que la oposición auspiciada y financiada por el gobierno del señor Trump es partidaria de la acción militar contra el gobierno del presidente Maduro, la cual de llevarse a cabo con la participación directa o indirecta de USA, no solo es que generará una situación de violencia que podría extenderse a buena parte del continente americano, sino que estimularía el acceso al poder del Estado por parte de algunos sectores afines a la ideología y a las políticas nacionalistas, neofascista y xenófobas, etc., que se vienen propagando en el mundo capitalista globalizado, tras de las cuales se ocultan los grandes intereses del capital financiero nacional e internacional.
Está claro que la intervención militar no solo es que incrementará la violencia en el seno de la comunidad venezolana sino que además descartará la posibilidad de dialogar y de acercar al gobierno y a las partes en conflicto, lamentablemente encabezadas por el autoproclamado Juan Guaidó y el condenado por la Justicia Leopoldo López quienes han comprometido a una parte del pueblo venezolano en acciones destructivas y antisociales que conllevan a un retroceso social, cuando no es que paralizan su lucha por la defensa de sus derechos y reivindicaciones económicas, políticas y sociales.
No sobra agregar que la intervención bajo cualquiera de sus formas y modalidades constituye una violación flagrante del derecho internacional, situación esta que viene ocurriendo en Venezuela de manera abierta y con el concurso de varios gobiernos e instancias internacionales, en asuntos que tan solo los venezolanos deben resolver, en tanto que el pueblo como garante de los valores democráticos en peligro de ser arrasados por la vorágine de la violencia, es definitivamente el llamado a elaborar y crear las condiciones concretas objetivas y subjetivas que permitan la continuidad o no del régimen político y social en donde prevalezcan la paz, la democracia y el progreso social, ligados con la lucha contra las desigualdades y los desequilibrios sociales actuando de la mano de sus dirigentes mas conscientes y consecuentes con los cambios que requiere en este momento el país hermano.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social