Carlos Alberto Muñoz Cortés
Ingeniero industrial, consultor, ex profesor Universidad San Buenventura
Parece ser que el entorno ambiental[1] a entender hoy en el diseño y la actividad edificatoria rebasa las fronteras atmosféricas y se extiende, incluso, más allá de la órbita terrestre.
La longitud y la inclinación (la proyección) de las sombras de un edificio o la protección que dé un árbol, nunca serán iguales en un equinoccio que en un solsticio; y serán también diferentes durante el solsticio de diciembre con respecto al de junio. Será entonces de vital importancia saber que esto se origina en la inclinación del eje de la Tierra respecto al plano de su órbita.

Una Bioclimática bien aplicada explica la astronomía a simple vista, facilita la observación de las estrellas, conoce sus nombres, entiende el sistema solar, distingue la vía láctea, entiende los cambios del cielo, los mapas de las estrellas, la luminosidad y el color natural, el movimiento de la Luna y su ‘entrada’ a través de las ventanas de los edificios, o simplemente explica el fenómeno de los eclipses.
Y por supuesto, entender el cómo y saber el por qué en una determinada zona de la ciudad, en una calle o en una isla de calor, se experimenta más bochorno entre marzo y septiembre que entre octubre y febrero, permitirá actuar en tal sentido para controlar la situación.
Paradójicamente se podría sostener que “entender mejor el cielo permitiría aterrizar más los diseños arquitectónicos y hacerlos más coherentes con el entorno”.
Un regalo para la ciudad, sin costo para urbanizadores y constructores, podría ser la promesa de que el sol cruzará un proyecto icónico de la ciudad o generará una sombra o una figura únicas la mañana de su cumpleaños (26 de julio para Cali) todos los años de su vida a la misma hora: compromiso que se puede mantener durante algunos millones de años.
[1] Por entorno se puede entender el medio ambiente urbano afectado, natural o construido, se tienen en cuenta montañas, ríos, espejos de agua y todos los accidentes topográficos cercanos y relevantes. Es sano buscar que las construcciones adquieran un comportamiento más orgánico y más natural, que mantengan el ritmo de la ciudad al compás de la naturaleza y la vida circundante; que sea urbano no exime de esta noble intención, ¡muchos ciudadanos pasan más tiempo en las calles que en sus hogares!