
Por Benjamín Barney Caldas
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011

Votar es su derecho constitucional,…. es su deber cívico
Ojalá cuando lea esta columna, y si ya está inscrito, sus argumentos lo animen a votar y no desista de hacerlo a última hora porque a estas alturas le parece que ya da igual, y mejor si aún tiene tiempo para repensar su voto. Votar es su derecho constitucional y en las circunstancias actuales del país, y de Cali en particular, es su deber cívico, ya que no es para nada democrático que sea una mayoría que no vota la que permita que sea una minoría la que elija a sus gobernantes, impidiendo que una muy importante opinión pública se pueda conocer y valorar, y que ya siendo una mayoría real podría terminar cambiando las cosas en esta ciudad para bien.
Aplicar la matemática a las elecciones no se le vuelva un camello….aproxime.
Para principiar, aproxime como el “calculista” que viajando por el desierto les dio el camello de su amigo, que no alcanzó a protestar, a los hermanos que no sabían dividir los 35 camellos que heredaron: la mitad para el mayor, la tercera parte para el segundo y la novena para el último; o sea 17 y medio, 11 y un pedazo y 3 y el resto. Con el del amigo serian 36, o sea 18, 12 y 4 completos, sumando así 34, todos satisfechos devolvieron el camello del amigo, que respiró, y otro para el “calculista”. Malba Tahan (Julio Cesar de Melo y Souza): O Homem que Calculava, 1938. Para que aplicar la matemática a las elecciones no se le vuelva un camello, sencillamente aproxime.

Blanco: Con sólo un poco más podría ganar..
En Cali el voto en blanco va de tercero detrás de Bucaramanga y Medellín, con más del 15% y si se le sumara el 15% de los que aún no se deciden, llegaría al 30%, por delante de Ospina y Ortiz, más o menos el 25% cada uno, y si se les sumara el 15% de Eder, llegaría al 45%. Con sólo un poco más podría ganar, y habría nuevas elecciones con nuevos candidatos y ojalá también candidatas, nuevas propuestas aterrizadas y no más promesas elevadas como “megaobras” sin terminar pero cobradas o funiculares entre los cerros, y que entiendan que la ignorancia y la corrupción son los mayores problemas de Cali y los que generan su inseguridad y mala movilidad.
Blanco: Podría atravesársele al oscuro futuro de la ciudad
No sobra recordar que de acuerdo con la sentencia C-490 de 2011 de la Corte Constitucional, que declaró la exequibilidad de la Ley 1475, el voto en blanco es “una expresión política de disentimiento, abstención o inconformidad, con efectos políticos”. Y que podría atravesársele al oscuro futuro de la ciudad de seguir manejada como en las últimas décadas por los que no vieron que Cali es una ciudad lineal en el trópico medio en las faldas de una alta cordillera y con un importante río a todo su largo, de origen hispanoamericano y de crecimiento muy acelerado y reciente de gentes desplazadas del campo, y en medio de la corrupción exacerbada por la inútil prohibición de las drogas.

Al atardecer se podrá enterar de que el voto en blanco fue todo un golpe de opinión
Para terminar, recuerde que el cambio climático es un hecho al que contribuyen mucho las ciudades, y que a la vez las afecta, como lo deja en claro Manuel Rodríguez Becerra en su libro Nuestro planeta, nuestro futuro, 2019, pero al que ninguno de los candidatos actuales le dio la importancia que se merece, ni siquiera cuando Greta Thunberg lo llevó a las noticias de primera página de todo el mundo. Piense “nuestro voto, nuestro futuro” y salga a votar y elija elegir y no que elijan por usted. Al atardecer se podrá enterar de que el voto en blanco fue todo un golpe de opinión y podrá dormir tranquilo, pues no fue aburrido, y otros serán los aburridos.