En las redes sociales aún queda rezago de lo que fue Internet Explorer, de sus problemas de velocidad y de lo poco práctico que podía resultar. Sin embargo, era el que todos los computadores con Windows tenían de serie, y estuvo por mucho tiempo como el número uno.
Pasaron algunos años y empezaron a aparecer nuevas alternativas para que navegaran los usuarios que tenían sistemas operativos de Microsoft, como lo fueron Mozilla Firefox, Google Chrome, Opera o incluso Safari, el navegador nativo de los dispositivos Mac. Cada uno mostraba novedades y le quitaba poco a poco navegantes a Explorer.
Explorer se convirtió en un meme de vejez y cada día Google Chrome ganaba más popularidad y empezaba a alejarse de manera estratosférica de su competencia. Por esta razón, desde Microsoft presentaron la nueva versión de su navegador, Microsoft Edge.
Esta jugada les salió bien y en un año superaron la popularidad de Internet Explorer y empezaron a luchar contra la competencia –fuera de Chrome que ya se había alejado de todos y era prácticamente imposible de alcanzar–.
Según el portal NetMarketShare, para finales de 2019, Edge era usado por el 5,83 por ciento de los usuarios en el mundo, superando a Explorer que lo utilizaba el 5,72 %, pero lejos del 8,22 % de Firefox y del 68,33 % de Chrome.
No obstante, enero de 2020 llegó con un gran anuncio por parte de la gigante tecnológica fundada por Bill Gates; “Nuevo año, nuevo navegador”, anunciaron desde las oficinas centrales de Microsoft.
Joe Belfiore, vicepresidente corporativo de Windows dijo que “El nuevo Microsoft Edge brinda desempeño de clase mundial con más privacidad, productividad y valor mientras navegan. Nuestro nuevo navegador también viene con nuestra Promesa de Privacidad”.
Además, agregó que: “Microsoft Edge les permite personalizar su experiencia en línea. Elijan un nuevo diseño o estructura de página de pestaña y seleccionen los tipos de noticias que quieren”.