Instagram se ha vuelto el lugar para que los usuarios luzcan rostros deformados por excesivas intervenciones quirúrgicas. El levantamiento de párpados, aumento de pómulos, estilización de nariz y relleno de labios ha cogido popularidad. Pero, las fotos y videos con modificaciones faciales que abundan en la red social no obedecen necesariamente a un aumento en las cirugías estéticas, sino al uso de filtros que dan esta apariencia.
Si bien, los filtros en Instagram comenzaron como efectos que alteran el tono y los colores de una imagen, hoy también pueden aplicarse a los rostros de los usuarios. Estos le permiten a la persona adquirir nuevos maquillajes, máscaras o accesorios que se superponen sobre la cara mediante el reconocimiento 3D. Su popularidad se extendió especialmente en las Instagram Stories.
Hace algunos meses, Facebook, propietaria de Intagram, lanzó Spark AR, una plataforma para que los usuarios crearan y compartieran sus propios filtros en la red. Cientos de personas diseñaron sus capas con efectos, tanto que hoy en día los usuarios de Instagram pueden acceder a una amplia biblioteca con toda clase de filtros. Incluso, películas como The Avengers o marcas de maquillaje como ‘Kylie’ han publicado sus propias creaciones.
Aunque las orejas de gato, pecas y personajes como el guasón consiguieron popularidad en la red, también lo hicieron los filtros como Bad Botox o Plastica, que simulan retoques de cirugías estéticas en las caras de los usuarios como el levantamiento de cejas o el engrosamiento de labios. Inclusive, un efecto llamado FixMe, que señala con marcas los lugares del rostro que deben operarse, también se hizo su lugar en las Insta Stories.