Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

en los 10 primeros meses de este año se ha producido un incremento de homicidios en las comunas 3, 5, 8, 6, 10, 12, 14, 17, 18 y 19
Desde algunos medios y centros de investigación dedicados a consultar a la opinión pública sobre los resultados obtenidos con base en los planes elaborados por el comandante de la policía metropolitana de Cali y el alcalde Armitage, relacionados con la seguridad en la ciudad, se llega a la conclusión de que el número de homicidios en Cali se ha reducido considerablemente, lo que significa según se dice, un gran logro que los caleños deben celebrar pues de los 1005 casos de homicidios del 2017 se pasó a 962 entre enero y octubre de 2018. No obstante lo anterior se revela que en los 10 primeros meses de este año se ha producido un incremento de homicidios en las comunas 3, 5, 8, 6, 10, 12, 14, 17, 18 y 19, lo cual entre otras cosas coincide con lo manifestado por un funcionario del DANE encargado del censo que se adelanta en todo el país y que no se pudo realizar totalmente en la ciudad de Cali en donde precisamente es notoria la inseguridad en dichas comunas.
Por supuesto que la administración municipal conjuntamente con la policía, el ejército y la fiscalía agotan sus esfuerzos por garantizar la seguridad en la ciudad de Cali en donde se desarrolla una política que toca algunos de los problemas que generan el estado de inseguridad en que viven los caleños en todos los puntos cardinales del municipio, pero que no buscan en el fondo sino reducir desde el punto de vista cuantitativo la comisión de ciertos delitos como el homicidio, mientras crecen exponencialmente otros delitos como el hurto de celulares, el fleteo, el robo a las residencias, el micro tráfico, la minería ilegal, las violaciones a menores y la violencia intrafamiliar, que en la actualidad agobian a los ciudadanos en calles, avenidas, parques, lugares aledaños al centro de la ciudad y en el seno de las familias caleñas.
Desde luego que programas como los Tíos (territorios de inclusión y oportunidades) y los Tips (tratamiento integral al pandillero) que se adelantan en las comunidades más críticas, si bien es cierto constituyen un avance en el tratamiento de los problemas sociales relacionados con la inseguridad, los mismos debido a su carácter limitado resultan insuficientes para resolver los problemas que afectan a la comunidad y a los jóvenes expuestos a diversas formas de violencia que alimentan las organizaciones delincuenciales, que no desaparecerán del entorno social apelando simplemente a la militarización de la ciudad, tal como lo propone la gobernadora del Valle.

Lo preocupante del panorama de inseguridad es que las medidas adoptadas por las autoridades, no dejan de ser mas que paños de agua tibia, frente a un problema que tiene profundas raíces y conexiones con la evolución y la dinámica de la vida económica, política, social, cultural, ambiental, etc., que no es tratada de manera integral, al tiempo que los métodos utilizados diferentes a la simple represión, no tienen continuidad en el tiempo ni en el espacio, ni buscan erradicar sus causas reales en tanto que todo se reduce a realizar encuestas de opinión, reuniones del consejo de seguridad, asistencialismo y discursos veintijulieros impregnados de demagogia y populismo, con los cuales se pretende demostrar que el gobernante si cumple y defiende el interés general, en este caso la vida, honra y bienes de los caleños, que esperan de sus autoridades eficiencia, eficacia y moralidad en el manejo de los asuntos públicos y sobre todo la disposición de contar con la participación de los ciudadanos en la solución de los problemas de seguridad que los aquejan, siendo este asunto de la seguridad uno de los aspectos más importantes de tratar y resolver, el cual no da espera ni se puede explicar simplemente ateniéndose a las palabras del secretario de seguridad de la alcaldía para quien por ejemplo, el robo de celulares se debe principalmente a que mas personas disponen de este elemento de comunicación.
La seguridad constituye un derecho inalienable de las personas y una obligación a cargo del Estado que no se puede soslayar con simples predicamentos y paliativos
La seguridad constituye un derecho inalienable de las personas y una obligación a cargo del Estado que no se puede soslayar con simples predicamentos y paliativos utilizando métodos represivos que exacerban la violencia en todas sus formas y modalidades.
Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social
El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social