Carlos Alberto Muñoz Cortés
Ingeniero industrial, consultor, ex profesor Universidad San Buenventura

¿Es sensato hablar de política con la misma levedad que se habla de fútbol? La política se futboliza y el pensamiento crítico desaparece como leve brizna al viento y al azar, resaltaría hoy Porfirio Barba Jacob en su Canción de la Vida profunda.
Si la falta se hubiera pitado o si algún evento de los probables se hubiera dado, el equipo estaría en la final. Es decir, si un infinito listado de eventos que no se dieron, hubieran ocurrido, del equipo se hablaría durante años como uno de los mejores.
Eventos sin importancia como este generan los espacios necesarios para la distracción de la realidad y las discusiones cotidianas -todas sin la menor reflexión y con la mayor dialéctica futbolera-. Y, cuanto más se quiera al equipo o al partido político, más se suprimen los elementos que ponen en tela de juicio su primacía.
Pues bien, con esa misma etérea lógica se juzga mucho en la vida. Siempre en función de intereses, de deseos y de la ceguera por elección (ciegos con respecto a las decisiones y preferencias); y nunca en función de la compleja, enigmática y azarosa realidad.

Este proceso selectivo y simplista del pensamiento rápido -y reactivo-, es el que permite depositar la fe en la grandeza del equipo de fútbol o líder político elegido… se emiten conclusiones con base en evidencias limitadas y se suprime la duda, la ambigüedad o los hechos incómodos que puedan arruinar los argumentos.
Las explicaciones que se dan se centran en unos pocos hechos que llaman la atención y no en las innumerables evidencias de los acontecimientos. Todo se basa en la casi ilimitada capacidad de ignorar la ignorancia. No se lee sobre política pero la democracia permite opinar sobre ella.
Se vive convencido, pues, de que los elegidos son los mejores y los dignos merecedores de la victoria y dueños la verdad. Y es así que cada día más, lamentablemente, la política se futboliza y el pensamiento crítico -el que se enfrenta a la complejidad de la vida- desaparece.
N.R./ En Cali , los 3 últimos alcaldes que han ganado, Armitage, Guerrero y Ospina, con sus Concejos Municipales, nos permite preguntar, si fueron los mejores. Se sabe que lideraron el MIO, el Jarillon, el Corredor Verde y las 21 megaobras, cuyos proyectos no han podido ser terminados, por eso cabe la otra pregunta: Son dueños de la verdad, cuando pontifican sobre el porqué no terminan las obras?. Y el pensamiento crítico en la ciudad, desaparece ó por una cultura del NO a la participación ciudadana ó por la complejidad de la vida ó porque los medios de comunicación o los mismos gobiernos, con “mermelada “ tapan la verdad.