Carlos Armando Cuervo Jiménez
Emprendedor y empresario con formación en Ingeniería Industrial

Esta semana fui informado por parte de funcionarios de Parques Nacionales sobre la visita que haría a la ciudad de Cali, un grupo de indígenas Paez residentes en el resguardo Gaitanía del municipio de Planadas Tolima, con el fin de recibir instrucción en apicultura.
La historia en si no tenía nada de especial, salvo porque estas comunidades en las últimas semanas han sido vituperadas, al ser tildadas de no rentabilizar adecuadamente los inmensos recursos que se dice poseen.
Así que conversar con un grupo que estaba interesado en producir y comercializar productos de la crianza de abejas me llamó la atención para intentar comprender si son tan apáticos y vagos como se los tilda.
Qué había tras este interés capitalista y rentista al desarrollar un programa de crianza de abejas y cuál era el propósito de este asunto me produjo la suficiente curiosidad, para indagar y conocer el plan con los integrantes de esta comisión.
Inicialmente establecí una conversación con el líder Bernabé Payá gobernador del resguardo.
Bernabé es un hombre de mediana edad y aspecto tranquilo, cortés y concreto en sus respuestas y aceptó a contarme cuál era su perspectiva frente a este emprendimiento.
Inicialmente me explica como en el territorio existen unos traslapes entre Parques Nacionales y los resguardos, los cuales tras negociaciones con el sistema de áreas protegidas se han integrado a un programa denominado REM (régimen especial de manejo), en el cual ambas partes coordinan la manera como se conservaran esas áreas.
En este caso, la comunidad Nasa desarrolla la siembra de café de las variedades Colombia, caturra, y ha recuperado cuatro variedades de las antiguas variedades arábigas, que tanta fama le dieron al café de Colombia a nivel internacional.
Este proceso que lleva varios años de desarrollo tiene como característica el cultivo en armonía con el ecosistema, sin el uso de agroquímicos y tampoco de insecticidas, fungicidas o herbicidas, declarando que son cultivos verdaderamente orgánicos.
Esta apuesta aunque busca un lucro a través de la conquista de mercados internacionales, está enmarcada dentro de la visión cosmológica de los pueblos indígenas, el famoso desarrollo sostenible, que no es más que la explotación de los recursos naturales no renovables sin los excesos de la explotación intensiva, enmarcada en una mayor productividad pero que dejaría a las futuras generaciones sin medios para sobrevivir.
Bernabé me aclara que desde la cosmogonía del pueblo Nasa, la tierra es un eslabón entre el hombre y la naturaleza y su uso es en reprocidad de tal manera que permanezca un equilibrio entre los humanos y la naturaleza en general.
Por esta razón y ante la necesidad de mantener el equilibrio de los ecosistemas y ante el notable descenso de los polinizadores, las autoridades y los habitantes del resguardo decidieron apostarle a la actividad apícola que además trae beneficios en la mejora en la calidad de los productos agrícolas pues cuando el polinizador en local, maximiza sus esfuerzos, y por ende aumenta las cosechas al polinizar muchas más flores en menos tiempo y con menores recorridos.
Le insisto en que me aclare cuán importante es desde el aspecto económico la explotación de este recurso y su respuesta no deja de sorprenderme.

Me afirma que la sostenibilidad es contraria a cualquier modelo de explotación intensiva, dado que tiene mayor importancia y valor disfrutar del aire puro, el agua limpia y de los alimentos sin químicos, afirmación que sin duda debe molestar a todos aquellos que le apuestan al modelo intensivo sin importar las consecuencias.
Además me comenta que esta alianza con parques Nacionales dejará un saber para el futuro y los descendientes.
Finalmente me sintetiza que este esfuerzo se desarrolla bajo un proceso de evaluación y análisis interno de la comunidad para así mejorar procesos y corregir procedimientos defectuosos, que es parte del plan de vida de esta comunidad.
Ahora para conocer otra visión del proyecto converso con Josías Velasco, el miembro más joven del grupo que nos visita, estudiante de noveno semestre de ingenieria agronómica, me habla sobre lo que espera aprender y aplicar dentro de la comunidad con el cultivo de abejas.
Josías quiere llevar a la práctica la combinación entre el trabajo apícola y el cultivo de la tierra, pero a diferencia de sus mayores piensa que la rotación de cultivos es necesaria para proteger la tierra y va a iniciar sus procesos en tres hectáreas con el fin de dar fe al resto de la comunidad desde las pruebas tangibles.
Me comenta que el suelo en el resguardo es muy fértil por su origen volcánico, lo cual garantiza buena productividad y también tienen varios pisos térmicos lo que les permite el cultivo de diferentes tipos de frutales y leguminosas, además al combinarlo con la apicultura creará resultados óptimos por la calidad de las frutas y legumbres obtenidas.
A l requerirlo de cómo ve el futuro de la cria de abejas por parte de su comunidad, él me recuerda que las abejas son el polinizador principal con un alcance del 70% frente a otros y que dada su desaparición a nivel mundial reconoce que este proceso es muy importante para recuperar el equilibrio de los ecosistemas.
El al igual que sus mayores sabe que la productividad no debe dañar la sostenibilidad y este precepto es como un mandato religioso. Ahora comprendo porque los pueblos indígenas no practican la explotación intensiva de los recursos y jamás esta costumbre será asumida por sus integrantes.
Josías me hace énfasis que los mandatos del capitalismo salvaje, los postulados de la productividad y la explotación intensiva de los recursos jamás serán premisas para ellos, porque van en contravía a su visión cosmogónica.
Ahora comprendo que nosotros los subvaloramos a ellos por su presunta pobreza de espíritu y de dinero, pero cuan equivocados estamos porque roto el equilibrio todos perderemos por igual.
Principios nuestros como el ingenio comercial e industrial, no tienen cabida en su visión del mundo, así algunos de nosotros califiquemos esta actitud como conformista y en algunos casos subversiva, pero esta es una filosofía de vida totalmente opuesta a la nuestra en donde vivimos acicateados por el consumismo, la competitividad y la ambición.
Para cerrar la historia a hora entrevisto a Nicolás Ayala Mateus, ingeniero agrónomo y funcionario de parques, quien desde la institucionalidad me dará me dará elementos para evaluar la importancia del proyecto.

Nicolás me dice que este desarrollo tiene elementos que generarán rentabilidad e independencia, aunque esté controlado por la visión de protección al entorno, permitiendo a la comunidad garantizar ingresos a largo plazo sin depender del estado.
En el 2017 se iniciaron los procesos con el aporte económico de la Unión Europea para organizar proyectos agrícolas sostenibles con características orgánicas, siendo el café el producto escogido.
Ahora interrogo a Nicolás sobre como equilibrar que cultivos sostenibles también sean productivos.
Él me explica que tienen una condición propia por el carácter de devolverle al entorno una contribución al producir semillas y abonos netamente naturales, con lo cual el concurso químico esta desestimado, ganando gran estimación en los mercados especializados. No se trata de obtener cantidades sino calidades en los productos a exportar.
También me cuenta que con la consecucion de mercados en el exterior se busca que las comunidades en el mediano plazo desarrollen el empoderamiento de la iniciativa y no dependan nuevamente de la intervención externa.
Continuando con la exposición de motivos para emprender este proceso de criar abejas, Nicolás me cuenta que es tal la crisis de los polinizadores, que en la unión Valle ya se paga por polinizar de manera manual los cultivos.
Ahora me enseña que hay variedad en los tipos de abejas por las diferencias forestales encontradas en cada territorio, puesto que ellas se adaptan a los distintos tipos de flores que emanan en la diversidad de pisos térmicos en el país.
Como todas las abejas sufrieron el proceso de mezcla con la africana, el manejo apícola requiere de técnicas y cuidados para su manipulación, por ello vinieron a realizar estos cursos. Igualmente como implementar un panal cuesta 10 millones de pesos, el siguiente paso es a través de convenios internacionales encontrar el donante, previo presentación del proyecto, para lograr el desarrollo técnico de la actividad. La rentabilidad de los panales viene después de año y medio de trabajo.
Concluimos que este capítulo que se implementa en el reguardo de Gaitanía en Planadas Tolima, debe ser aplicado en otras comunidades persiguiendo dos objetivos, uno ecológico al repoblar con polinizadores
el entorno y otro económico que permita la independencia de estas comunidades al ser generadores de sus recursos y beneficios sin las limosnas del gobierno central.
Me queda una gran lección en todo esto, y son las frases del gobernador indígena quien me expresó como con el dinero no se compra oxígeno puro, agua cristalina y suelos limpios de la contaminación, enseñanza sobre la cual deberíamos reflexionar todos.