Jesus se revela como Fuente de Vida

Por Héctor de los Ríos |
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P. Héctor De los Rios L.

Vida Nueva

Quinto domingo de Cuaresma - a

Ezequiel 37, 12-14: «Les infundiré mi espíritu y vivirán»

Salmo 130(129): «Mi alma espera en el Señor, más que el centinela la aurora»

Romanos 8, 8-11: «El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes»

San Juan 11,1-45: «Yo soy la resurrección y la vida»

El tema de la liturgia de este domingo es la gracia salvadora de Jesús como resurrección.

En la primera lectura el profeta compara la renovación espiritual con la resurrección de cadáveres que vienen a la vida por el poder de Dios. El pecado, por lo tanto, es realmente una muerte espiritual.

En el mensaje a los Romanos San Pablo presenta al Espíritu Santo como espíritu de renovación interior. Se trata del Espíritu de Cristo que nos da La verdadera vida. Esta vida en el Espíritu se opone a «vivir según la carne», que significa vivir según el egoísmo y los valores mundanos. Todos vivimos, en algunos aspectos, según la carne. La Cuaresma es tiempo de decisión y cambio.

Nada mejor para ilustrar el tema de la resurrección espiritual que el Evangelio de hoy, en el cual Jesús resucita a Lázaro de entre los muertos. El relato que hace S. Juan del hecho está muy detallado: la resurrección de Lázaro fue el mayor milagro de Jesús.

Sucedió poco antes de su propia muerte y resurrección, para fortalecer la fe de sus discípulos, y para recordarles los efectos integralmente liberadores de su resurrección después de la muerte.

Quedémonos con las palabras claves de este Evangelio: «Yo soy la resurrección y la vida». Estas palabras resumen el efecto de la salvación de Jesús en nuestras vidas. Sobre todo en dos sentidos:

a) Jesús es nuestra vida y resurrección. Nos libera de la muerte del pecado, de la ceguera, de los falsos valores y sentidos de la vida. El cristianismo es un camino de resurrección.

b) La salvación de Jesús no sólo alcanza nuestro espíritu. También nuestro cuerpo y nuestra historia personal serán salvados; seremos salvados de la muerte material.

Como Lázaro seremos levantados de entre los muertos -después de nuestra propia muerte- para vivir para siempre.

El Evangelio de hoy nos muestra el sentido de la liberación integral de Cristo de toda forma de muerte.

Algunas preguntas para pensar durante la semana

1. ¿De qué manera práctica soy consecuente con mi convicción cristiana sobre la resurrección de los muertos?

2. Piense en casos en que usted ha "muerto" a algo a fin de hacerse mejor.

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