“Señor, auméntanos la Fe”

Por Héctor de los Ríos |
595

P. Héctor De los Ríos L.

VIDA NUEVA

El evangelio de Lucas nos invita a hacer el camino con Jesús hacia Jerusalén. El texto que leemos hoy marca el término de la segunda etapa de ese camino. Tiempo oportuno para hacer balance y retomar fuerzas para seguir caminando.

Para el creyente caminar no es solo un desplazamiento físico sino sobre todo una experiencia de vida. Caminar implica tener una meta, pero una vez puestos en marcha es necesario tomar una dirección. Ha diversas formas de alcanzar esa meta. Contamos con diversos sistemas de navegación que nos ofrecer la ruta a seguir. Teóricamente nos proporcionará aquella que es más corta. Llegamos más rápido pero no siempre esta opción nos permite disfrutar el camino. Hoy las prisas y la inmediatez que tiene el ritmo de nuestra vida nos hacen vivir acelerados. Buscamos la eficiencia y practicidad. El camino de la fe tiene otros parámetros, es necesario adquirir otras dinámicas, buscar otras formas.

Jesús, profundo conocer de la naturaleza humana, nos propone recorrer el camino de la vida saboreando los encuentros, profundizando las motivaciones y nos abre al crecimiento. Para el Señor la fe no es cuestión de cantidad sino de calidad. Se trata de ser conscientes y abrirnos a una nueva sabiduría de las personas y las realidades. Vivir la vida desde la óptica de la fe es tener la certeza de que nunca hacemos este camino solos, sino que Dios camina a nuestro lado; Es renovar la esperanza asumiendo la vulnerabilidad y la fragilidad; Es descubrir la oportunidad que nos ofrece el momento que vivimos; Es afrontar las circunstancias actuales desde la confianza y el discernimiento; Es redescubrir la fuerza de la fe que nos mueve a la acción y el servicio en el compromiso de transformar la realidad.

LECTURAS:  

Profeta Habacuc . 1, 2-3; 2, 2-4: «El justo vivirá por su fe»

Salmo 95(94): «Escucharemos tu voz, Señor»

2 Carta de S. Pablo a Timoteo 1, 6-8.13-14: «No tengas miedo de dar la cara por nuestro Señor»

San Lucas 17,5-10: «Si tuvieran una fe como un grano de mostaza...»

Reflexión del Evangelio de hoy

¿Hasta cuándo, Señor...? (Hab. 1,2)

Habacuc expresa los sentimientos que ayer y hoy muchas veces surgen en nuestro corazón. Contrastar la realidad desde la óptica de la fe nos lleva a cuestionarnos. La realidad se nos presenta desafiante. Frente a las preguntas del profeta Dios le pide que escriba para hacer memoria y recordar su forma de actuar. También hoy enfrentamos muchas dificultades en la vida. Dios nunca nos deja. Son en esos momentos cuando más surgen signos de su presencia y acción. Es necesario volver a pasar por el corazón que Dios no permanece nunca indiferente frente al sufrimiento y el dolor. El creyente pone en Dios su confianza porque sabe que el amor nunca defrauda.

No endurezcáis el corazón... (Sal 94, 8)

Es necesario no endurecer el corazón porque es así como podemos percibir la voz de Dios en medio de tantas voces de alrededor. Es renovar la relación de intimidad que nos lleva a la alabanza y la gratitud por su presencia en medio de nuestra tierra.

Aviva el fuego de la gracia de Dios… (2 Tim. 1,6)

Pablo desde su experiencia de fe, invita a Timoteo a reavivar el don de Dios que ha recibido. La experiencia de fe siempre es dinámica y nos lleva a salir de nuestro estado de confort y pasividad. Es la fuerza del Espíritu que nos permite afrontar los desafíos que la vida nos pone delante.

Auméntanos la fe (Lc 17, 5-10)

El recorrido hecho con Jesús hace tomar conciencia a los discípulos de las exigencias y dificultades que hay que enfrentar en la vida. Por eso le piden al Maestro: “auméntanos la fe”. Jesús, que por medio de imágenes significativas nos permite captar la complejidad de la realidad, invita a mirar la semilla de mostaza. Si alguna vez tenemos la posibilidad de tener una de esas semillas en nuestras manos nos sorprenderá lo pequeña que es. A través de esta imagen, el Señor, nos ayuda a percibir la potencialidad y el valor que encierra lo pequeño.  La fe no es algo mágico como un hechizo de Harry Potter, sino que es la confianza radical en Aquel que nos ha convocado y nos envía. Por eso la segunda parte del evangelio de hoy, Jesús propone desplegar nuestros dones y cualidades al servicio del Reino. Las personas que nos han marcado en la vida, son aquellas que han aceptado esta invitación y han salido de sí mismas, muchas veces de situaciones dolorosas y complicadas, para canalizar a través de la entrega generosa el amor que Dios ha puesto en sus corazones. La fe vivida y compartida transforma la realidad y nos hace abrir caminos de vida y esperanza. Jesús vivió esa confianza con el Padre dando su vida, compartiendo, alentando y ayudando a que nuestra mirada siempre tenga un horizonte más amplio. Por eso como los discípulos también nosotros le pedimos: «Señor, Auméntanos la fe.»  

Búsqueda personalizada

Caliescribe edición especial