Por Carlos José Holguín
@jairitoalvarez @AlvaroUribeVel Nadie, así sea ciego. puede perder de vista q Álvaro Uribe, VARITO, es un narco y además paraco criminal.
No cabe duda de que el rencor y resentimiento de las FARC contra el expresidente Alvaro Uribe y lo que representó su Gobierno, es grande
Este trino de Jesus Santrich miembro negociador de las FARC, es una buena pelada de cobre de lo que pueden ser las oscuras intenciones revanchistas y vengativas que las FARC han ocultado con prudente celo, pero que ante el hecho prácticamente cierto de la aprobación de los, hasta ahora desconocidos acuerdos de la Habana, se sienten ya triunfalistas y vengativos. Sentimientos que tampoco oculta Iván Marquez cuando en reciente trino exigió al Fiscal Perdomo “hacer con igual alharaca imputaciones a todos los involucrados en el conflicto…”
No cabe duda de que el rencor y resentimiento de las FARC contra el expresidente Alvaro Uribe y lo que representó su Gobierno, es grandey está a flor de piel, por eso uno pudiera decir que es entendible la posición de Uribe de oponerse a toda costa a los acuerdos con las FARC, pero para mí, es allí precisamente en donde se equivocó Uribe.
Es innegable que las FARC llegaron a la mesa de negociación fuertemente debilitadas y casi que derrotadas como consecuencia de los duros golpes dados durante los 8 años del gobierno de Uribe, hay una diferencia enorme entre las FARC del Caguan de 1998 y la de la Habana de 2012, y eso tiene nombre propio Alvaro Uribe. De allí que el primero en revindicar el hecho de que las FARC se sometiera a un proceso de negociación con desmovilización y entrega de armas, como aparentemente así va hacer, debió de haber sido Uribe, y reclamando ese logro inicial, haberse convertido no en un detractor del proceso, sino en su vigía con conciencia y autoridad moral de como debiera conducirse el proceso hasta llegar al acuerdo final.
Hacer campaña por el NO es un suicidio y empezó a buscar una salida salomónica, de esas que creen les permite quedar bien con todo el mundo, la abstención.
Pero a ese error inicial, le han seguido otros. Mezclar su oposición al gobierno, buscando vengar lo que considera la traición de Santos en lo que ciertamente ha sido un mal gobierno, con las ansias de paz de los colombianos que es algo consustancial a un país que ha padecido décadas de violencia, y meter todo en el mismo costal rematando con una maratón de recogida de firmas, que al final nadie supo ni para que, ni porque, ni cuentas fueron , ni para que sirvieron, es un terrible error que ahora tiene al Centro Democrático en una ambivalencia de opiniones en torno del Plebiscito por la Paz. Ya uno de los precandidatos Presidenciales, Carlos Holmes Trujillo, que no es bobo, entendió rápidamente que hacer campaña por el NO es un suicidio y empezó a buscar una salida salomónica, de esas que creen les permite quedar bien con todo el mundo, la abstención. Nada más lejano al estilo frentero de Uribe y de gran pobreza en un candidato presidencial tratándose del tema de mayor trascendencia para la Nación.
Pero para sorpresa de todos ayer no más el propio Uribe de manera tardía y para terminar de diseminar más la confusión dentro de su propio partido, terminó aceptando entrar en la negociación, si se abrían dos de los temas ya acordados. Mejor dicho pobre Uribe.
No me cabe la menor duda que el deseo de Uribe no es otro diferente de que su colectividad en pleno, voten NO el Plebiscito, y dada la sucesión de errores cometidos, creo que ese sería el camino más claro y entendible, al menos para los Uribistas. En fin no está ni fácil ni clara la posición del Uribismo, y creo que lamentablemente dejaron pasar una oportunidad de importante protagonismo que mucho hubiera podido servir a Colombia, al menos mucho más que las famosas firmas. Puede incluso que como consecuencia de esto la cuenta de cobro sea grande en términos electorales.