Por Carlos Jose Holguin
No tengo duda de que hoy la Paz de Colombia recibirá un espaldarazo grande del pueblo colombiano, un pueblo que como pocos en el mundo ha tenido que soportar una violencia de múltiples modalidades casi que a lo largo de toda su vida republicana. Un país que ha experimentado guerras civiles, violencia política en todas sus formas, padecido como el que más el problema, hoy se dice, mundial de las drogas. Padecido los terroristas y sicarios más avezados, que ha conocido las formas más crueles de la maldad humana como el genocidio volando aviones, clubes, iglesias repletas de inocentes.
Como no creer que un pueblo que tanto a sufrido, en donde se dice que solo por cuenta de las FARC hay 8 millones de víctimas, o sea una quinta parte de la población, no este deseoso y ansioso de esa paz tan esquiva. Por algo en los sondeos realizados durante estos días, los mas proclives a la paz, han sido precisamente las víctimas, el que ha padecido y conocido en carne propia los rigores de la violencia, es quien por supuesto más desea la paz.
Resulta paradójico que para quienes tuvimos la suerte de no haber sido victimas, aunque creo que todos en Colombia al menos tuvimos un conocido cercano, o un amigo, que fue victima de las FARC, ha sido más difícil el aceptar el Acuerdo con las FARC, y más difícil aun explicar nuestro apoyo al SI. A mi personalmente me han tildado de traidor y mal agradecido, pues el haber sido funcionario del gobierno de Uribe implicaba para algunos una lealtad servil, aduladora y complaciente.
Como no llenarse uno de justa ilusión de que hoy sea el comienzo de una nueva Colombia. Como no votar en un acto de fe creyendo en que el arrepentimiento, el perdón y la reconciliación son posibles en Colombia. Como no preferir pasar por ingenuos enamorados de la Paz, que continuar en la perversa obstinación por la guerra.
Como no querer ejercer con total entusiasmo nuestro derecho al voto en un tema tan sensible para nuestro país. Nunca antes de los muchos procesos de paz que ha habido se nos preguntó si queríamos o no. La última vez que se le pregunto al pueblo Colombiano por un acuerdo de Paz fue hace 59 años y acertaron votando un plebiscito que puso fin a la violencia política. La inmensa mayoría de los colombianos no habíamos tenido esta oportunidad. Como explicarse que no la vayamos aprovechar con enérgico y positivo entusiasmo.
Tengo la esperanza de que hoy millones de colombianos salgan a votar y la inmensa mayoría de ellos lo hagan por la paz de Colombia. De los que votaremos Si, estoy seguro la inmensa mayoría lo haremos en un acto de fe, de optimismo, de creer en el perdón, que por sangriento y cruento que haya sido el actuar de algunos colombianos que durante años estuvieron equivocados en su camino, la bondad del ser humano, el valor superior de la paz, el perdón y la reconciliación se impondrán en sus espíritus y que superado el escollo electoral con la polarización propia del mismo, nos pongamos todos a trabajar por el éxito de este proceso.