Por Luis Hernán Ocampo G.
Hace 50 años, Jaime Torres Ortiz, un seminarista del Huila, haciéndose pasar por “Shri Lacshama Dharhamhhaj”, el embajador de la India en Colombia, logró engañar a toda la sociedad de Neiva la Capital Departamental, recibiendo todo tipo de atenciones y homenajes de parte de autoridades y miembros de la “alta sociedad” opita, cuando en realidad el país no tenía relaciones diplomáticas con el país asiático. En la actualidad, picaros ladrones de cuello blanco nacionales, se ingeniaron un nuevo tipo de estafa, consiguiendo el respaldo de firmas de ingeniería internacionales para robarse miles de millones en ciudades colombianas como Cali e Ibagué.
La historia del supuesto embajador de la india fue magistralmente representada en los años 80´s por Hugo Gómez en la película titulada de la misma manera y también le fue compuesta una canción, quedando así esta pintoresca historia inscrita en la tradición oral del país https://www.youtube.com/watch?v=GUZ6ys8VAZo.
Pero como es regla aquí, en lo que, si no nos quedó grabada la famosa estafa, fue en la memoria institucional y hoy como ayer, aparecieron en algunas ciudades supuestas reputadas firmas extranjeras de ingeniería a ganarse de puro nombre, el favor de funcionarios locales, que les entregaron multimillonarios contratos de obra, en asocio con pillos locales que, sin el nombre de esas empresas, jamás se hubieran podido ganar tales licitaciones.
Fuente: Diario El País
Tal es el caso de lo que sucedió en Cali hace 9 años, cuando un ingeniero, Jorge Casilimas, relacionado con personas involucradas en el escándalo del carrusel de la contratación en Bogotá, haciendo presuntamente la única labor de representante legal de una empresa que hizo la labor de agenciamiento o representación en Colombia de una firma fantasma Israelí llamada Hafira Ve Hatziva Ltda, se ganó el primer contrato de la Terminal Calima (hoy por fin terminada tras un segundo contrato y llamada Estación Paso del Comercio), por 27 mil millones en Metrocali, en la época del Alcalde encargado Ramiro Tafur.
Como se recordará tal firma Israelí, gracias a la desidia de la Presidencia de Metrocali y los miembros de la Junta Directiva de la época, logró dilatar el comienzo de la obra con 10 prórrogas, gracias las cuales tuvo tiempo más que suficiente para robarse los $9.109 millones (a precios de 2016) o $6.400 millones de esa época, que se le entregaron como anticipo. De ese contrato no se puso un solo ladrillo. Todo este tema que denunciamos hace 3 años y medio con el equipo del entonces Concejal de Cali Michel Maya, hoy sigue durmiendo el sueño de los justos en la Fiscalía, pues por supuesto, el ingeniero Casilimas, se salió de ser el representante de la firma que representó a Hafira y desapareció y por ahí derecho la empresa que, como el embajador de la India, parece que nunca existió. Y en Metrocali? Echeverry….
Más recientemente, en 2013, para los Juegos Nacionales de Ibagué, bajo la Administración del Ex Alcalde Luis H. Rodríguez, una componenda entre asesores del entonces Alcalde y pillos ingenieros locales, lograron conseguirse vía consorcio o uniones temporales, el patrocinio de la centenaria megaempresa de ingeniería española Typsa para ganarse los diseños de los escenarios con sobrecostos por más de $6.300 millones. Así mismo, con otras 2 empresas del país ibérico Vera Construcciones y Ortiz Construcciones y Proyectos S.A se ganaron dos de los contratos de obra, según la Revista Semana por valor de $120 mil millones. La investigación de la Contraloría “encontró que estas tres megaempresas prestaron sus nombres para presentarse a la licitación junto con pequeñas firmas colombianas” https://goo.gl/d6Ny3Z. Lo que hicieron después fue “subcontratar toda la obra con una firma que no tenía la capacidad jurídica, técnica y financiera” (Semana).
Hoy se calcula un detrimento de alrededor de $60.000 millones de pesos según la Contraloría Nacional, y los escenarios como se ve en la imagen arriba, no solo quedaron a medias, sino que se hicieron con materiales de baja calidad. Para colmo del descaro, después de que algunos implicados prendieron el ventilador y se presentaron las primeras capturas por parte de la Fiscalía, la firma española Typsa, trató a través de una abogada apoderada, de hacerse parte en el proceso contras sus propios funcionarios como víctima de la estafa.
Estos casos de Cali e Ibagué nos muestran que la corrupción nos plantea un nuevo reto, la asociación entre avivatos locales con avivatos internacionales, tanto en las grandesligas de las obras de ingeniería como sucedió con el hoy olvidado caso de la empresa Commsa, propiedad del dueño del Real Madrid, Florentino Pérez, que terminó en el elefante blanco de la troncal del Magdalena Medio, https://goo.gl/yMj40c, como en pequeñas pero millonarias obras locales con casos como el de la Israelí Hafira, y las españolas Typsa, Vera y Ortíz. ¿Estamos preparados para la llegada de la nueva colonización de “embajadores de la india” con sus elefantes blancos?