Por Redacción Caliescribe
En un día de Abril del 2000, es decir un poco más de 11 años se inició la intervención de la Nación ante la quiebra de Emcali y todavía no conocemos un plan de desarrollo de los servicios públicos de la otrora primera compañía de servicios de telecomunicaciones, agua y energía de Cali en el suroeste del país, todo por la falta de continuidad técnica y administrativa de los 8 Gerentes interventores, que ha tenido la empresa ( Juan Manuel Pulido, Oscar Halim Reveiz, Carlos Alfonso Potes , Eduardo José Victoria, Susana Correa, Gloria Lucia Escalante, Ingrid Ospina y ahora Ramiro Tafur ) .
La causa de la quiebra e intervención tiene muchos componentes, en donde llegó Emcali a tener pasivos de casi $ 3 billones, tanto con el sector bancario, como el pensional ,de proveedores y compromisos contractuales; pero la inversión en Termoemcali fue la que le dio el puntillazo final , al haber desembolsado la empresa de servicios públicos más de $1.3 billones de su tesorería y tan solo recibir menos de $0.4 billones en su venta del año pasado. El sabor amargo, es que la verdad de su quiebra real y procesal después de tantas investigaciones disciplinarias, fiscales y penales no se ha podido conocer completa.
Es innegable que la Superintendencia de Servicios a nombre del gobierno Nacional ha tenido a su cargo la intervención administrativa de EMCALI , ayudandole a recuperar una mejor posición financiera, por medio de la implementación de una serie de medidas que incluyeron la reestructuración de la deuda con bancos y proveedores nacionales; vendiendo la cartera de participaciones como Termoemcali ; ha trabajado en el problema pensional y ha renegociado los acuerdos colectivos de trabajo. Pero la empresa no ha atendido de una manera decidida la proyección del futuro de la operación de los servicios públicos, pues no hemos tenido doliente, Desde la misma superintendencia se dedicaron al negocio en los 8 años del Presidente Uribe exceptuando pocos gerentes interventores, por eso le llegó la hora a Emcali para elaborar su plan maestro de servicios públicos , como carta de navegación de la empresa. La filosofía corporativa burocrática de Emcali de NO HACER ,sea superada por unos técnicos solventes y dinámicos en su labor profesional ,que entiendan el reto que tienen : O la salvan o se vende. Aun se puede salvar, pero se requiere una mentalidad de cambio y dentro de ella la renovación tecnológica, pero no al estilo de open systems.
La ciudad necesita un plan de acción de mediano y largo plazo en acueducto y alcantarillado para :
– Prevenir la escasez del suministro de agua potable y la vulnerabilidad del sistema de drenaje pluvial y de aguas negras.
– Desatrazar las inversiones necesarias para la operación optima del sistema de acueducto y alcantarillado, como el sector de Pance que sigue en el siglo pasado y en la rehabilitación de las redes.
– Proyectar la expansión del servicio, para el desarrollo urbano de la ciudad, las áreas de vivienda social, de interés prioritaria y de planes parciales como el área de influencia Cali – Jamundi.
– Orientar el desarrollo urbano de la ciudad, especialmente en un nuevo modelo de operación de los servicios , ante el crecimiento no planificado de la ciudad.
Igualmente necesitamos un plan de acción de energía, de corto , mediano y largo plazo que lo saque el servicio del nivel deficitario en que se encuentra , con mejoramiento del nivel de ingresos y de recaudo.
Y la tarea primigenia, es definir una propuesta estratégica en el componente de telecomunicaciones para salvar el negocio y el activo patrimonial , que ya de hecho está en desventaja frente a la competencia, por haber perdido mínimo 8 años de indefiniciones, que corresponden a los gobiernos de Apolinar Salcedo y de Jorge Iván Ospina.
Pero todo esto puede seguir quedando en letra muerta, si radicalmente no se modifica la actitud administrativa, comercial , financiera ,operativa y de atención al usuario de la empresa, por lo que la palabra la tiene el nuevo gerente Ramiro Tafur y los candidatos a la Alcaldía que le den su voto de confianza , por lo menos un año, para que empecemos a recorrer el camino gerencial y administrativo que nos impuso EPM.