Por Emilio Escobar Gutiérrez
Natural del Cali de antaño, Valeriano Lemos Cáceres, hijo de Rafael Lemos Bedoya y Rafaela Cáceres, fue casado con Leonardo López Orejuela. Debió nacer por 1850, presunción basada en la posible época de nacimiento de su hijo, mi bisabuelo, Leónidas Lemos López, quien debió asomar a la vida por 1880 y murió en Cali el 22 de octubre de 1951.
Valeriano era un hombre de muy mal carácter, a pesar de haberse casado con una mujer piadosa y pacífica. En sus accesos de ira blasfemaba y maldecía a Dios y a todo lo que lo rodeaba y, ni siquiera la proximidad física de su residencia con el convento de los franciscanos, logró moldear su comportamiento. Vivía en una casa familiar muy antigua, como de 200 metros cuadrados, ubicada en la esquina de la calle 9a con carrera 4a que mis antepasados llamaban "el caserón", tal vez rememorando una propiedad que ocupaba, a principios del siglo XIX casi toda esa manzana, excelentemente enclavada en el centro de la Cali de antaño y que se fue seccionando cuando las tías tatarabuelas, al morir, cedían sus derechos de propiedad a sus confesores de la comunidad de San Francisco.
Siendo muy niño, escuchaba a mi abuela Graciela Lemos y a sus hermanas, dos de ellas aún residentes en aquel tiempo en el "caserón", Enriqueta y Leonor, relatar que una tarde tormentosa, muchos años antes, encontrándose Valeriano en una de las habitaciones que daba hacia la carrera 4a, después de un episodio de cólera y maldiciones, se sintió un gran estruendo y una densa humareda que atribuyeron a la caída de una centella que penetró por una de las ventanas e impactó en la pared opuesta dejando una clara marca con las iniciales "V L". Las familiares y amistades rezanderas del personaje de este relato y los habitantes del sector, atribuyeron este fenómeno a una "acción del diablo", dada la fama de blasfemo que se había ganado mi malgeniado antepasado. Dicen además quienes conocieron a Valeriano y su familia, que simultáneamente al estruendo de la centella, el techo de la casa se fue llenando de gatos negros, que nadie supo explicar de dónde habían salido, y que algunos daban por cierto que eran los demonios del infierno encarnados en felinos…
También te pueden interesar…
Candidatos a la Alcaldía de Cali 2011, la verdad desnuda
Vallecaucanos a invertir para venderle a Corea
Alcalde de Cali sería elegido por el voto de castigo
Por una noche revive Calle del Pecado en Cali: Crónica
Movilidad urbana y malos conductores
España: reforma busca la recuperación económica
Aprobación de firmas: ganó la democracia caleña
¿Cali podría tener sede diplomática del Pacifico?
“Ospina se raja en corrupción” Mª Isbel Urrutia
Deportivo Cali vs Medellín/ De ‘barrigazo’ a la realidad
Estadio ‘Coloso’ del Deporcali sería un ‘Elefante Blanco’ en la vía a Palmira
Contratación de la Bicentenario afectará la estabilidad económica del municipio
El emergente mercado de los automóviles eléctricos
Cali: ¿La finca de Ospina & Barrera?
El Caney dejó de ser una isla de Paz
Univalle celebró contratos con el Municipio por $28 mil millones a dedo
Nueva irregularidad, estadio Pascual se toma el espacio publico
Cansancio político en Cali revela Vox-pop de Caliescribe
Taller de video de la Javeriana – El Rebusque
Esto ya es usual en las EPS, pero sigue estando mal
15 traumáticos años conviviendo con las ventanas
Tribus urbanas, otra vez
“En Telecali estuvieron cruzados de brazos casi un año”: Tafur
Frases de Candidatos que se toman las redes sociales
Inversión de Capital para el América se diluye
Congresistas vallunos, dedicados a hacer política
Nuevo contrato por 250.000 millones de pesos quiere el alcalde
De paso por el festival de Música Petronio Alvarez
Estadio ‘Coloso’ del Deporcali sería un ‘Elefante Blanco’ en la vía a Palmira
Costosos errores de la Junta Directiva del Deportivo Cali
Se acabó la plata del recaudo de Megaobras ¿y ahora?
Entrevista con Sigifredo López, candidato a la alcaldía de Cali
“Ospina se raja en corrupción” Mª Isbel Urrutia