Desde el Cole
Por Carlos Mario Quintero López
La palabra “homosexualidad” está compuesta de la raíz latina “homo”, que significa “igual”. Vale aclarar que no se debe confundir con la raíz griega “homo”, que se pronuncia de la misma forma, y se escribe de igual manera, pero, ésta significa hombre. Entonces, como decíamos, la palabra “homo” en el latín implica igualdad, y la palabra “sexo” se refiere al género masculino o al femenino. Así, la palabra homosexual viene a ser un indicativo de la persona que es atraída, que busca, y que practica la intimidad sexual con otro individuo del mismo género genital. Además, la palabra “homosexual” como tal, es genérica con relación a cualquiera de los dos sexos, sea masculino o femenino. Es decir, se puede aplicar tanto a la mujer como al hombre. Erróneamente se le ha atribuido el derecho de ser aplicada solamente a los individuos con órganos sexuales masculinos e inclinaciones femeninas. Sin embargo, también es aplicable al género femenino con inclinaciones masculinas, es decir a las lesbianas. No obstante la palabra “lesbiana” está dedicada, y es exclusiva cuando se refiere a la mujer con orientación homosexual.
Creo que es importante, al margen que vivimos en una sociedad tan cambiante y moralmente versátil, el esclarecer que existen dos tipos de sexos, y solo dos tipos de sexo en el reino humano. (Cuando hablamos del reino humano, nos referimos al hombre creado por Dios, al ser humano en su contextura y composición, pues el hombre está formado de una parte animal y otra espiritual ). Los humanos poseemos respectivamente, estos dos sexos que son el masculino en el hombre, y el femenino en la mujer. Siendo estos un solo sexo desarrollado en un cuerpo, totalmente individual en cada persona, y necesitando de un compañero con sexo opuesto, para lograr una normal satisfacción y reproducción. Fuera de estos dos géneros no se ha establecido ningún otro sexo, ni en el ámbito científico empírico, ni en el humanístico secular, ni en el pluralistico religioso, ni mucho menos en el escritural bíblico. Cualquier intento de establecer algún tercer o cuarto género sexual carecería de fundamento serio y comprobable. No obstante, otras características y definiciones relacionadas a los sexos de las gentes no crean otro género sexual sino que tienen que ver con la preferencia, práctica y auto gratificación sensual de los interesados, como es el caso de los bi-sexuales.