Tenemos que reciclar tanto como consumimos para aminorar el impacto que nuestra sociedad tiene sobre el planeta. Hoy en Cali, como en el resto del mundo, nos encontramos bastante lejos de lograr concientizar a la población de este problema; mucho más en el caso de la separación en la fuente. La parte de separación de las basuras en casa. En nuestra ciudad, por decirlo simplemente, esto no existe.
Programas educativos de los diferentes estamentos y la legislación no han logrado vincular activamente a los ciudadanos y hacerlos sentir responsables de las toneladas de basura que se producen cada hora. Para los expertos es evidente que lograr la clasificación de las basuras en la fuente en que se producen significaría por poco una revolución ecológica para Cali.
Lejos de ese sueño de ciudadanos concientizados y juiciosos, los mayores éxitos en materia de reciclaje se dan en el reciclaje como industria. Allí donde se puede monetizar el asunto, aparecen a diario increíbles casos de ingenio que resultan en grandes oportunidades de negocios.
El reciente reconocimiento a la empresaria caleña Carolina Guerra, gerente de Ingerecuperar, en el último concurso de emprendimiento internacional Cartier Woman's Intiative Awards 2011, ha logrado visibilizar esta tendencia. La ecología, además de ser una disciplina-marca, que esta imbuida por un halo de santidad, ha demostrado ser el nuevo refugio de los ingenieros e inversionistas. Más aún, un paraíso de oportunidad en un país como el nuestro.
Uno de las razones por que Ingerecuperar ganó este importante reconocimeinto es porque ninguna empresa en Colombia había logrado encontrar una forma adecuada de disponer de los desechos industriales. Y tampoco les había interesado, ya que la legislación no les obliga a investigar o invertir recursos seriamente en esto. Otra vez, es el dinero el que los mueve y eso no tiene nada de malo.
Ingerecuperar fue creada en 2007 por la ingeniera de materiales Carolina Guerra, se dedica básicamente al aprovechamiento responsable de residuos industriales peligrosos. La empresa brinda soluciones ecológicas para convertir desechos como la escoria de aluminio en productos útiles y materias primas. Debido a la gran cantidad de escoria de aluminio que se genera en el Valle su modelo de negocios avanza a pasos agigantados. Su aporte es valioso para el departamento en todos los sentidos. Y significa un gran paso en el camino de salvaguardar el medio ambiente, pero otra vez, lo que se logra en las fábricas no tiene eco entre los ciudadanos de a pie. Cali necesita jugársela por sintonizar a su población en este sentido.