*Ramiro Varela M.
Democráticamente los caleños han escogido su alcalde y la corporación administrativa Concejo Municipal que regirán los destinos de la municipalidad durante los próximos cuatro años. En cabeza del médico Rodrigo Guerrero Velazco mayoritariamente sus conciudadanos le entregaron la dirección de la ciudad y a 21 Concejales, que se ha renovado en más de un 50 %.
Comienza con pie derecho al declarar ““El compromiso es grande. Yo les estoy extendiendo la mano a todos los caleños, incluso a aquellos que estuvieron en desacuerdo conmigo, que tuvimos la oportunidad de confrontar tesis, para mostrarle que ellos también pueden vincularse a este proyecto”.
Recibe una ciudad enproblemada en sus finanzas públicas, en sus necesidades de infraestructura y fundamentalmente en las prioridades de inversión social. El alcalde Ospina generó un gasto público exagerado, para atender los compromisos contraídos por su administración en diferentes frentes de desarrollo económico y social.
El mayor problema y no se ventiló en la campaña electoral es la inviabilidad económica, técnica y financiera del MIO. Una seria evaluación de este proyecto que elabore una entidad diferente a Metrocali con experiencia en ese tipo de macro proyectos indicará que el costo mínimo de este proyecto no puede bajar de USD 1.000 millones y a la fecha tan sólo hay financiados USD 625, es decir el proyecto está desfinanciado en un 50 % aproximadamente. Quien le pone el cascabel al gato? Un alcalde como Rodrigo Guerrero que aprobó 2 acuerdos municipales de vigencias futuras y los presupuestos del MIO, no le quedará fácil negociar con el Gobierno Nacional el cumplimiento de la ley de metros, de tal manera que se le apruebe el 70% del costo total del proyecto, más aún cuando el contrato e cofinanciación ya le cerró las puertas al municipio de Cali para conseguir más dineros con la nación.
Igualmente en las Megaobras encuentra el alcalde que los caleños no tuvieron capacidad de pago en los estratos socioeconómicos bajos para asumir el pago de la contribución de valorización. Pero más aún encontrará el problema de la desfinanciación por los incrementos presupuestales en la valoración definitiva de cada una de las Megaobras, lo cual puede generar un desfase de 500 mil millones de pesos, si se decide construir el plan de obras inicialmente proyectado. Otro de los problemas radica en el compromiso jurídico y disciplinario del señor alcalde por aprobar estos acuerdos sin el cumplimiento del estatuto de valorización y que es precisamente lo que origina el desequilibrio presupuestal del paquete de obras determinado en el acuerdo 241 del 2008.
Una autopista bicentenario, igualmente inviable en lo técnico, lo económico, financiero, ambiental y social, que no le quedará fácil al alcalde Guerrero Velazco, para hundir un proyecto que él mismo aprobó en el Consejo de Cali.
Pero quizás lo más crítico que tiene el alcalde para resolver es la devolución de la seguridad a los caleños, esto se logra pero con gasto social. Así mismo el sector educativo, vivienda, bienestar social, etc. Exigen un tratamiento económico propio de los niveles de exigencia y necesidades de la comunidad.
El médico Guerrero debe atender ese paciente comatoso que es la salud pública de Cali con unas ESEs totalmente politizadas y que nuevamente han originado unos hospitales y centros de salud totalmente inviables por tener una estructura burocrática costosa y una organización que no puede responder a las necesidades de eficiencia de estas entidades burocratizadas. Aquí el problema surge del compromiso político y electoral que el candidato Guerrero recibió de cada todo el personal de estas instituciones prestadoras del servicio de salud.
Estos y otros inconvenientes que afectarán la organización de la nueva administración municipal, deberán ser resueltos por un alcalde líder, que convoque la municipalidad y que de ésta manera le genere una nueva esperanza a los caleños, después de un alcalde como Jorge Iván Ospina, que fue excluyente, que no tuvo en cuenta la participación ciudadana y mucho menos atendió la rigurosidad del estado social de derecho.
L experiencia de Rodrigo Guerrero es indiscutible y su amplia hoja de vida le permitirá atender la gobernabilidad con jerarquía y de esta manera pueda materializar la esperanza de los caleños, en una nueva administración que le devuelva la paz y el progreso a la ciudad, bajo unos elementos propios de las normas constitucionales y legales que nos regulan.
“Cali ha entendido que se necesita del apoyo de todos los ciudadanos blancos y negros, ricos y pobres, de ladera y de la parte plana para que la ciudad salga adelante. Esa fue la propuesta nuestra: que hagamos un esfuerzo muy grande para disminuir la desigualdad y la exclusión” Estas declaraciones son tranquilizadora, por ello reiteramos la esperanza de que las cosas cambien para bien de la comunidad en cumplimiento ojalá de atender la equidad social y el desarrollo económico de la ciudad.