Colegios, universidades y hasta pequeños negocios deberían optar por instalarlos
Mucho se ha hablado de la imperativa necesidad de ahorrar agua, el recurso más valioso a futuro, pero en la práctica es poco lo que autoridades municipales y ciudadanos hacen. Con el simple cambio de una válvula en los sanitarios de nuestra casa podríamos ahorrar hasta 3 litros por agua, por descarga. En un día serían 20 o 30 litros de ahorro para un hogar normal; nada despreciable.
Pero si además, llevamos esto a ‘economía de escala’ y lo aplicamos en lugares públicos como estadios, Centros Comerciales o bares, el ahorro podría ser impresionante.
Antes, los administradores se limitaban a poner botellas en las cisternas de los inodoros, a comprar sistemas de presión o incluso instalar orinales con complicados sistemas laser. Todo por ahorrar.
Pero ahora, resulta mucho más sencillo y económico ponerse en sintonía con el medio ambiente. La empresa Suiza Urimat, ganadora de varios premios por tecnologías limpias, creó de un sistema de mingitorio seco, que ahorra hasta 100 mil litros de agua por año, ¡una verdadera revolución!
Todos los paradigmas son susceptibles de cambiar, y en materia de orinales hay una nueva manera de hacer las cosas. Atrás quedó ese viejo y amarillento “orinal de instituto” votando agua por horas, que los escolares dejaban abierto por aquello de los olores. Atrás quedaron las onerosas facturas de agua. En la actualidad, resulta inconcebible pensar en el sector del saneamiento público sin esta tecnología de ahorro de agua y limpieza biológica.
La técnica es simple, tras años de desperdicio uno no deja de preguntarse, por qué no se nos ocurrió antes. En la mayoría de los modelos se trata de dispositivos que echan mano del viejo principio de Arquímedes y de la gravedad. La orina llena un dispositivo y cierra una bomba automáticamente cuando empieza a desbordarse para que no se salgan los olores.
En adelante, la orina cae por gravedad, en algunos casos, o atravesando una gel en otros, gracias al accionar de un pequeño diafragma de caucho que deja pasar la orina. Completado con un aseo normal, la desinfección rutinaria, el preciado líquido (además potable) sale por fin de la ecuación.
En los videos a continuación se explican muy bien los sistemas. Lo bueno es que además de ser amigables con el planeta, estos modernos orinales se pagan solos, en menos de un año se estima que el ahorro puede llegar al medio millón de pesos, según la empresa colombiana
Modelos
Un urinario que no consume agua ni productos químicos
Urimat, construido con policarbonato y capaz de ser instalado en 5 minutos, incorpora Eco-Siphon, un sistema que atraparía los olores y facilitaría el mantenimiento. Saber más.
“Zero Flush” – Mingitorio sin Agua
Este modelo comercial de la marca norte Americana Zero Fhush” tiene un principio similar. Su desventaja es que por su diseño, para su funcionamiento requiere de un líquido especial proveído por la misma compañía para sellar los malos olores. Se trata de un sellante (que llaman “barrera de olores”) entre la cañería y el orinal. Por ser más liviana que el agua, permite que la orina caiga al desagüe pero evita que se desborde o devuelva al orinal. También el dispositivo superior debe ser cambiado.
Orinales ecológicos sin agua y sin gel – Migisec
Son mingitorios ecológicos totalmente secos que funcionan por medio de una
micro trampa especial. No requieren de agua o gel para su funcionamiento ni generan malos olores. Su trampa tiene una duración de un año y su mantenimiento es el mismo que uno convencional.
Para más información en Colombia: Conservemos
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