Ahora no sólo los insectos causan estragos en los libros de la biblioteca departamental, a esto se ha sumado el vandalismo de algunos usuarios.
Cali se había caracterizado por ser una ciudad cívica, limpia y bonita, pero ahora no tiene ninguna de las 3. Escribo para hacer un llamado a la comunidad caleña por la falta de sensatez de los usuarios de la Biblioteca Departamental Jorge Garcés Borrero, en la mayoría estudiantes.
Es cierto, hay libros muy viejos y difíciles de manipular, sobre todo cuando de archivos históricos se trata o periódicos de vieja data. En la mayoría de estos documentos hay comejenes los cuales son roedores de papel y lo pueden destruir, de cualquier forma no justifica que una biblioteca tan completa en cuanto a material y actividades como la que tenemos en nuestra ciudad sea víctima de actos vandálicos como los está viviendo quien sabe desde hace cuanto.
Por pereza o por quién sabe cuántas infinitas excusas han optado por arrancar las páginas que necesitan para X o Y motivo en vez de sacar la fotocopia de la correspondiente; esta denuncia cívica nos la hizo saber un usuario muy frecuente pues precisamente la hoja que el necesitaba estaba ausente. Se dirigió al el bibliotecario y le se limitó a contestar que ese no era el primer caso. Con cierta vergüenza.
Hacemos un llamado a toda la comunidad caleña para concientizarnos del daño patrimonial que estamos causando cuando cometemos este tipo de actos anti éticos, una fotocopia cuesta $100 pesos seguro que si usted amigo lector no los tiene, hay otras formas que no son dañinas para obtener la información, si los pide tenga la certeza de que allí mismo se los dan. No es el valor comercial que pueda tener una simple hoja de papel como muchos lo pueden ver, hay casos donde de un libro solo existe un ejemplar y usted podría estar dejando a un estudiante sin nota, una hoja huérfana, un amigo sin trabajo, un viejo sin memoria y una ciudad sin historia.
Así que antes de arrancarle la hoja a ese ‘árbol’ piénselo el día de mañana usted podría ser el afectado. Podría quedarse sin ese ‘oxígeno’ de conocimiento y con un cargo de conciencia aunque usted no haya sido el que arrancó precisamente esa hoja, si no otras y en otras partes.