La experiencia y sencillez de Rodrigo Guerrero que contrasta con la juventud, inexperiencia y falta de tacto para iniciar su mandato del Gobernador Useche, indudablemente ha establecido claramente ante la imagen de la opinión pública un punto muy alto en favor del alcalde de Cali y un marcado escepticismo frente a nuevo mandatario del país vallecaucano y eso profundizado la diferencia en ambos proyectos gubernamentales.
Como es necesario que el Valle del Cauca vuelva a constituirse el motivo de orgullo para sus gentes y de admiración para los foráneos, abogamos por la unidad natural de la región, empezando por nuestras dos principales entidades territoriales: la Alcaldía de Cali y la Gobernación del Departamento. Deben convocar nuestros gobernantes, a partir del sentimiento de pertenencia vallecaucano, para que los naturales de la región se descubran en el destino común que nos aglutina y resuelvan aunar esfuerzos para darle a nuestro Valle, el puesto de vanguardia que debe ocupar en el concierto nacional y así proyectarse globalmente.
El Departamento tiene todas las potencialidades para el desarrollo, no basta con que vivamos en medio de un paraíso si no sabemos cómo aprovechar éste privilegio, por ello debemos crear espacios de unidad social y de compromiso compartido que eliminen décadas de exclusión social, étnica y cultural, así como de marginación y de pobreza. Ya el señor alcalde ha propuesto EL DESARROLLO ES EL NUEVO NOMBRE DE LA PAZ y el señor Gobernador ha presentado un sin número de propuestas que deben concertarse para bien de la región.
No estamos solos en la historia, no seremos la última generación. En el sueño de construcción de región deben caber nuestros hijos y nietos. Por ellos deben nuestros gobernantes apostarle a una reorientación del rumbo. Los lideres tiene la misión de conducir las mejores fuerzas que desatan las relaciones sociales y convertirlas en productos ciertos. Atrás quedaron los tiempos de las sociedades de familia y de la política partidista. Los nuevos tiempos reclaman lideres vinculados con los problemas reales que sufran las comunidades, pero que tengan la visión de orientar y conducir hacia el largo plazo. Ojala la inteligencia del gobernador Useche le permita acercarse con grandeza y generosidad en la jerarquía institucional de Rodrigo Guerrero. Ya nos estamos para dividir territorios y mantener egoísmos y celos políticos.
La versión 2 de Rodrigo Guerrero, que ha estructurado una propuesta de Gobierno muy amplia, cívica y llamando a todos sus conciudadanos, debe servir para que Héctor Fabio Useche tenga gran capacidad de desprendimiento, de intereses egoístas grupistas, para generar una etapa de desarrollo con justicia social nunca antes vista.
La unión de los vallecaucanos es un compromiso de supervivencia regional, es el gran proyecto de nuestra generación, que debe fundamentarse en la apertura y la solidaridad de los nuestros, de tal manera que iniciemos una construcción social del futuro. Los líderes naturales de la región deben movilizarnos en la búsqueda de intereses colectivos como elementos fundamentales de un nuevo proyecto económico, social, cultural y político de la región. Deben convocar a todas las fuerzas gremiales sociales, empresariales, políticas para que todo entendamos los beneficios de un gran acuerdo de voluntades.
Conocemos y de qué manera la división ancestral vallecaucana, pero en estos momentos cuando el mundo avanza y a qué velocidad, nuestra vallecaucanidad debe entenderse como un factor de orgullo y así distinguirnos del resto de regiones y de países. Los resultados de la jornada electoral profundizaron nuestra división y hoy, cuando no se disipan esos nubarrones y cuando nuevas formas de violencia amenazan la democracia regional, es imperioso que RODRIGO GUERRERO y HECTOR FABIO USECHE comprendan el momento histórico, entiendan nuestra carta magna y establezcan una alianza, que nos permita orientar un plan marco de desarrollo vallecaucano a 20 o más años. Como conocemos la realidad social y política de los vallecaucanos que acompaña a ambos gobernantes, nos toca invitarlos a la unidad, aunque sea bajo el modelo de “Juntos pero no revueltos”. Construyamos un punto de partida para iniciar este sueño y no es otro que las preparación conjunta de la inversión pública nacional derivada de las regalías en el valle del Cauca y en la ciudad de Cali, así al final del año estaremos construyendo importantes acuerdos , que conduzcan a superar institucionalmente las dificultades y edifiquemos la Paz y el progreso. Nuestros mandatarios tienen la palabra.