Las clases de la somnolienta escuela de civismo, tiene iniciativas que han fracasado durante los últimos 20 años en la ‘recuperación’ del civismo en nuestras ciudades. La jerga de los Medios y los tecnócratas fue variando hasta llegar al terminacho “cultura ciudadana”, que se popularizó en televisión en el país pero cuyo impacto real sobre la vida y las acciones de los caleños fue nula.
¿Qué pasa con estas iniciativas que parecen destinadas al fracaso?
Los dos frentes en los se pretende enseñar civismo (o cultura ciudadana) son el colegio y los medios de comunicación, pensando en que jóvenes y adultos aplaudirán desde ahí estas ideas.
Entonces, ¿Por qué fracasamos en ambos frentes?
Se necesita una reinvención, una revaloración de la forma en que pretendemos afectar el comportamiento de nuestros ciudadanos y de las cosas a las que apelamos para hacerlo.
Primero parece que debemos reestructurar la enseñanza y los libros de Civismo y Ética ante el fracaso de la “pedagogía de los valores” en el sistema educativo. Pero ya se ha visto como este tema es tabú al punto de que el año pasado vivimos un escándalo por la inclusión en un manual del tema de diversidad sexual. Parece que todavía no hay mucha gente que quiera encarar las problemáticas de nuestros tiempos con verdadera mentalidad abierta.
En ese mismo sentido nuestros estudiantes no sólo tienen conocimientos insuficientes y elementales en Civismo y Ética. También parecen encontrar en nuestra cultura pocos incentivos reales para ser “buenos ciudadanos”. Ser un “vecino cívico” puede costarte la vida, lo digo porque no es sino que un colombiano en general denuncie ante la autoridad el desmán de otro para que su vida esté en riesgo.
Llamar a la policía por ruido, pedirle a un hombre que modere su lenguaje o a un chofer que no ponga en riesgo la vida de los pasajeros puede resultar en un incidente violento. Hay que decirlo, los violentos tienen la ciudad en sus bolsillos y hasta que ser un verdadero hp no sea socialmente castigado, y claro penalmente cuando lo amerite, esta ciudad no va a ver la luz. Por qué no va a ser buena idea ser cívico con tanto loco suelto y tanto policía ausente o inútil.
Entonces les va a tocar a todos los investigadores y funcionarios ponerse serios e investigar la forma de cambiar este desmadre. Por que cómo vamos, la capital del purgatorio puede resultar convirtiéndose en el quinto pailón del infierno.
¿Cómo educar a los jóvenes y niños en civismo? ¿Cómo cambiar a los adultos? Tal vez el holograma de los jinetes del apocalipsis convenza a algunos crédulos. Sería una solución creativa. Pero ¿a quién le importa otro apocalipsis en estos días?