Vida Nueva
Por Héctor De los Ríos L.
El Evangelio de este domingo , San Marcos 7,3137, nos presenta a Jesús cuando cura a un sordomudo y realiza un gesto que encierra todo lo que quiere aportar a la humanidad, esto es, abrir la vida de los hombres y mujeres a su realidad más profunda que está en la expresión “ábrete”.
No hay peor sordo que quien no quiere oír, ni peor mudo que quien no quiere hablar. Hay mucha sordera ante el clamor de los pobres, mucha insensibilidad ante el dolor de los necesitados y demasiados silencios y discriminaciones deliberados a causa de intereses egoístas y recordemos que hablamos a nuestros hermanos no solamente con nuestra palabra, sino también con nuestra vida, nuestro ejemplo y nuestra actitud.
Dejémonos sanar por el Señor para que Él cure nuestra sordera y mutismo. Ojalá sepamos usar nuestra palabra para bendecir, enseñar y animar y nuestro oído para escuchar la voz de Dios, la voz de la creación y del clamor de los que sufren.