Desde una de las áreas de la Planta de Puerto Mallarino al nororiente de Cali, se puede divisar el paso de un Río Cauca, “cargado” de todo tipo de contaminaciones. A su caudal han sido arrojadas toneladas de tierra, que se han removido en el departamento del Cauca, en las zonas en las que se desforesta, para sembrar coca o marihuana.
Por Oscar López Noguera.
A este crudo caudal del Río Cauca, también se vierten las consecuencias de la minería ilegal que en zonas, como Santander de Quilichao, contaminan los afluentes del Río Palo, que a su vez, desemboca en este caudal.
Pero al llegar a Cali contaminado, el Cauca, también recibe toda la fulminante degradación de una ciudad que no advierte el daño que le ha propiciado, contaminando sus principales afluentes, como el Cañaveralejo o el Meléndez.
Basta ubicarse en la comuna 20 y observar la quebrada Guarrus que recoge todas las aguas residuales de Siolé y Belisario Caicedo. O darse una vuelta por la Comuna 18, en donde en la medida en que avanza la construcción de viviendas subnormales, todos su desechos sin arrojados al Meléndez indiscriminadamente.
Las consecuencias de una ciudad que no advierte el daño ambiental que produce, hoy con el calentamiento global y los fenómenos de la niña y el niño, se han hecho más evidentes en el servicio de agua potable, dejando a Cali frente a una vulnerabilidad en este sentido.
La gente se queja porque no tiene agua durante una o dos horas, porque suspenden la planta de Tratamiento de Puerto Mallarino, por la turbiedad del agua en el cauca, pero no toma conciencia de que a los canales nos deben arrojar escombros. Muchos caleños, critican y atacan a las empresas municipales, porque suspende el servicio, pero a su vez, instalan tuberías informales, o vertimientos directos a las fuentes hídricas.
Con el paso de los años, el crecimiento vertiginoso de esta ciudad, las condiciones climáticas cambiantes y el hecho de que sólo se habían adelantado estudios de prefactibilidad, para identificar fuentes de agua alternativas a la actual en Cali, generaron que hoy, EMCALI, acelere un proceso para que esta urbe cuente con agua a largo plazo.
El gerente de acueducto y acueducto Luis Carlos Cerón Navia, hablo con caliescribe.com y confirmó que a finales de enero del próximo año estarán listos los términos de referencia para la elaboración de los estudios de factibilidad y el diseño de la mejor solución para garantizar el suministro de agua a los caleños durante los próximos cien años.
Dichos estudios, que demandan una inversión de $12.000 millones y estarán listos en un plazo de dos años, determinarán la fuente y la mejor alternativa para el abastecimiento del agua.
El Gerente de Acueducto de EMCALI estimó que los costos de ese gran proyecto podrían estar en alrededor de US$600 millones, para cuya financiación podría recurrirse a alianzas público-privadas, aprovechando la nueva legislación expedida por el Gobierno Nacional, aunque reveló que otros gobiernos como el de Canadá han mostrado interés en aportar al proyecto.
La inquietud que debe rondar a las autoridades ambientales de Cali, a la cabeza DAGMA, Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, es acerca de que se va a hacer para aportar a la descontaminación de las fuentes hídricas, y en especial el fomento de una cultura ciudadana ambiental, en los sectores informales, en donde más se contamina, se hacen conexiones ilegales de servicios públicos, y en dónde más se “quejan” cuando hay un racionamiento de agua.