Por Alexi Frieri – lector de Caliescribe.com
Me agradaría que se incluyera alguna nota respecto al “negociazo” efectuado con la Feria de Cali en donde quien menos disfrutó fue el pueblo Caleño que tuvo que observar con más de 10 metros de distancia como la clase pudiente de esta ciudad incluidos algunos lagartos (entiéndase por lagartos trabajadores públicos y de otras entidades a quienes les entregaron boletería de cortesía sin que llegasen a ostentar pertenecer a la Clase alta de esta ciudad) y quienes desafortunadamente tuvieron que pagar el precio de dicha invitación a un precio de $5.000 pesos la botella de agua y la gaseosa. Sin que hubiese manera de que el ciudadano de a pie pudiera ingresar sus bebidas hidratantes.
Amén del padre de familia que decidió comprar las boletas para junto con su familia apreciar alguno de los eventos, boletas que compró revendidas a un costo que llegó a ser de $80.000 c/u y que en un costado con letras muy pequeñas decían "boletas de cortesía" para presenciar un espectáculo que dejó mucho que desear no tanto por sus participantes sino porque pareciera ser que nuestro prolífico compositor Jairo Varela solo hubiese compuesto una sola canción que ademas de haber sido remasterizada, no haberse utilizado la original se les obligó a bailar a todas y cada una de las agrupaciones participantes.
Es decir en otras palabras que quienes tuvieron la oportunidad de estar sentados en alguno de los palcos infranqueablemente custodiados para que ninguna persona pudiese salir a comprar siquiera una bolsa de agua y no tener que pagar los $5000 pesos moneda legal tuvo que calarse la misma interpretación musical para todas y cada una de las agrupaciones participantes. (Que derroche de imaginación).
Nos preguntamos donde están las entidades reguladoras y controladoras de precios? las defensorías del consumidor?.
Quien responde por la responsabilidad administrativa e incluso penal de haber autorizado a estos estafadores a constreñir de la manera como lo hicieron a un pueblo que además de estar estresado por las obras civiles inconclusas, las medidas coercitivas implementadas en materia de transito, los grandes índices de criminalidad y la poca gestión municipal. Además de habérsele quitado el poco espacio de distracción que tenía con las romerías de las luces navideñas se le maltrató ahondando aun más la brecha social existente.
Esto sin hablar del callejón muy bien acordonados con vallas metálicas amarradas con alambre que en más de una ocasión le impidió a la Cruz Roja poder socorrer a los bailarines que desfallecían ante la prolongada jornada.
O es que acaso la Feria de Cali se convirtió en un negocio como lo hizo la Secretaria de Transito con la capitalización efectuada con las fotomultas mientras que la ciudad se sume en el caos vial mas espantoso con la mayor cantidad de burocracia de funcionarios reguladores de transito percapita del país.