En nuestro país encontramos más de 20 millones de personas que viven en la pobreza y más de 8 millones en la indigencia, esto quiere decir que 28 millones de personas no tienen los recursos suficientespara tener una vida digna.
Una ciudad es clasificada como pobre, por el ingreso per cápita de sus habitantes, por la tasa de desempleo, por el subempleo, por el costo de la canasta familiar, por la calidad de sus casas de habitación, por los cobros de los servicios públicos y el transporte, etc. Analizando en forma detenida estos factores, vemos que nuestra ciudad se califica como la más pobre de nuestro país, entre las ciudades capitales.
Según el último informe del Dane, la pobreza está en nuestras costas.Los departamentosde la costa Caribe y la costa Pacífica son los que presentan mayor pobreza y vulnerabilidad. Cali siendo parte de la costa pacífica y vecina con departamentos muy pobres como Chocó y Nariño, se ve afectada en gran parte por los altos niveles de pobreza y el aumento de los hechos de violencia por parte de algunos grupos armados al margen de la ley de estas regiones.
Cuando decimos que Santiago de Cali se ve afectada, es porque esta población costeña forzada a huir de su territorio para salvar sus vidas, abandonan sus tierras y emigran a otras ciudades, siendo nuestra ciudad una de las más cercanas y de un ambiente caluroso, acogedor y propio para sus costumbres y cultura, estos inmigrantes formar su hogar aquí, no importa que empiecen en la mayor marginalidad y a ser parte de los suburbios que existen.
Es por ello, que aunque se diga que es necesario crear empleos formales que son los que llevan a la gente a salir de la pobreza, el volumen de desplazados hace que toda política social en nuestra ciudad sea muy difícil de aplicar, porque diariamente la violencia y la calidad de vida hacen que lleguen a la ciudad..
Es difícil creer en los resultados que publican y en las afirmaciones que hace el gobierno cuando dice “que hay una reducción en la pobreza y la indigencia”. El que camina diariamente por la ciudad, observa que la realidad es otra, que las cifras cada día están aumentando, pues no han realizado una estrategia de proteger los territorios, para que las personas no tengan que huir a otros lugares.
Mirando el comportamiento que ha tenido la tasa de desempleo en nuestra ciudad según el DANE, pasó de un promedio de 14,8% en 2010 a 15,1% en 2011 y en el 2012 el desempleo está en el 13.7% %, manteniendo la tasa más alta entre las ciudades capitales. La tasa de subempleo de Santiago de Cali, con el 41.2% es la más alta de las 24 ciudades que mide el DANE, es muy superior al total nacional y solamente superada por cuatro de las 24 ciudades medidas: Pasto, Popayán, Ibagué y Riohacha. Desde hace varios años, estamos viviendo ésta situación que preocupa a toda la población. Necesitamos crear empleos, pero no cualquier tipo de empleo, sino empleos dignos y que correspondan a expectativas creíbles.
El Gobierno debe ser consciente de que es el empleo, la variable que permite traducir el aumento de la actividad económica en bienestar para nuestros habitantes y aunque la reforma tributaria buscó esa estrategia eliminando los parafiscales, es muy difícil que en la delicada situación del sector industrial, esos ahorros generen empleo, porque buscaran mejorar P y G. Si hay una política de generación de empleo de la administración local, viene hace varios años confusa, no hay claridad en ella pues no se generan los resultados que nuestra ciudad necesita.
Por ello, el problema de Cali es estructural, su solución le corresponde a nuestros gobernantes, líderes empresariales, no se ve en el horizonte y es propio de su área de influencia, Costa Pacífica, Cauca y Nariño principalmente.