Emilio Escobar G.
El peculado por apropiación es ya tan de común ocurrencia y tan manoseado, que los funcionarios de nuestras Administraciones Municipales ni se enteran que incurren en este delito en sus actuaciones rutinarias. Y es muy seguro, que a los entes de control tampoco les interesa adelantar procesos disciplinarios ni establecer penas por ellos, porque no tendrían tiempo de descanso si acometieran todos los juicios que se derivan de estos procedimientos delincuenciales que atentan contra la ciudadanía.
Recordemos que los recursos captados por Valorización se han utilizado para construir escuelas desproporcionadas sólo con fines electorales; para realizar trabajos de mantenimiento de redes de servicios públicos que deben costear las empresas que los prestan con la tarifa que cobran; para reparar pavimentos de la desastrosa malla vial de Santiago de Cali, porque el impuesto creado para este fin (sobretasa a los combustibles), ha sido desviado hacia el inmenso foramen financiero del MIO, y lo más vergonzoso de todo, la financiación de la monstruosa Plazoleta “XXXXX “ (ni siquiera cito su último nombre, porque no estoy de acuerdo con este re-bautizo), con sótanos de parqueaderos y locales comerciales de los cuales se lucrarán terceros muy seguramente, de los afectos del Alcalde y su combo.
Y ni qué decir de la utilización abusiva de recursos del erario local en la costosísima “remodelación” del Estadio Pascual Guerrero que ni siquiera es de propiedad del Municipio de Cali… Y no sigo, porque la lista es tan grande como nuestra paciencia y pasividad…
Así que la pregunta del título establece una preocupante situación porque si ya no nos causa sorpresa el descaro de funcionarios que despilfarran el fruto de nuestros impuestos, menos seremos capaces de levantarnos en una enérgica protesta contra tanta corrupción y abuso. Entonces… ¡Apaga y vámonos!