Por Andrés Mejia
El concepto de desarrollo sostenible nace tímidamente a principios de de la década de los setentas como una medida para la protección del medio ambiente sin deterioro de los factores productivos, económicos y sociales. Las energías renovables o energías alternativas son hoy, en el siglo XXI, una prioridad en los países industrializados y una necesidad en las economías emergentes.
El principio de desarrollo sostenible es satisfacer las necesidades de la presente generación sin comprometer las capacidades de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
Los tres fundamentos del desarrollo sostenible son: la economía, lo social y lo económico. La ínter-relación y el equilibrio entre estos pilares nos imponen conceptos como: la equidad, el equilibrio entre el bienestar social y la economía; la viabilidad, en donde se establece un equilibrio entre lo económico y el medio ambiente; y el componente de soportabilidad que se establece el equilibrio entre el bienestar social y el medio ambiente. El balance entre estas tres uniones definen un desarrollo como sostenible.
En las últimas tres décadas del siglo XX el concepto de desarrollo sostenible fue adquiriendo cada vez más fuerza y hoy día es el concepto principal en las economías altamente desarrolladas y las economías emergentes. En los antiguos esquemas de desarrollo el medio ambiente no era un elemento de la ecuación, hoy día es un
requisito.
Desarrollo, desde cualquier punto de vista, implica recursos energéticos; y es en este punto donde las energías renovables o fuentes de energías alternativas, no tradicionales y no contaminantes, adquieren una gran figuración para los actores del desarrollo.
Colombia dispone de recursos naturales para la generación eléctrica, el más utilizado es el agua y que representa el 67,0% de la la capacidad instalada y la generación eléctrica por fuentes no renovables es del 32,7%.
En el año 2005 se emitieron alrededor de 850.000 toneladas de CO2 por la utilización del carbón y gas natural. El consumo energético en Colombia crece a razón del 1,2% anual, un porcentaje que aumenta cada año. La expansión de generación eléctrica por el uso de fuentes no renovables llevan a un crecimiento insostenible, en cuanto lentamente se destroza el medio ambiente.
En cuanto a las zonas no interconectadas, tenemos otro factor insostenible. De los 118 MWh instalados el 98% utiliza diésel para la generación eléctrica y tan solo un 8% utiliza fuentes renovables.
Para un desarrollo sostenible es necesario, por lado reemplazar esos 115 MWh con fuentes renovables, y así mismo ampliar la cobertura a los 2.700.000 de colombianos que no disponen de electricidad; esta ampliación se debe implementar mediante el uso de fuentes alternativas.
El compromiso de protección del medio ambiente no es únicamente un compromiso del gobierno, es un compromiso de todos los colombianos. Existen mecanismos de índole nacional y global para la implementación
de fuentes renovables en Colombia. Cali y el Valle tienen unas excelentes posibilidades para aportar de forma sostenible debido sus condiciones climáticas e industriales. La puesta en marcha de plantas con fuentes renovable en el caso municipio de Cali, en sitios estratégicos de los servicios públicos, tales como plantas de bombeo, acueductos, hospitales y centros de salud, además de generar bienestar social, aporta en la protección del medio ambiente