Por: Hugo Salazar Jaramillo
¡Se vino la NIÑA¡ y pasa un tiempo y…. ¡ Se vino el NIÑO¡
Cali se azara, viene mucha agua….., luego viene mucho verano o estiaje. … ¿De quién es la culpa para que no pueda la ciudad soportar preventiva y racional mente esos períodos?
Quiero hacer un poco de memoria, ! “pues quien no conoce la historia, la vuelve a repetir” ¡
Hace ya unas cuantas décadas, no muchas, había una empresa de servicios públicos domiciliares, que se había conformado de una serie de retazos de empresas de servicios, que el municipio le prestaba al ciudadano, que por politiquería, abundaron en cargos y en personal no idóneo. Luego, se depura, se endereza, hay selección objetiva, se debe ganar el puesto, se reconoce experiencia y actitud, y comienza a planificar a corto, mediano y largo plazo. Sus trabajadores y profesionales se entrenan, y la empresa comienza a ser ejemplo nacional e internacional y es visitada por funcionarios de otras empresas de servicios públicos y de municipios diferentes.
Aunque creo que negocios no transparentes en el alto nivel era posible que sucedieran, hubo algunos escándalos, la generalidad era caminar por un buen sendero técnico de gran soporte para el conocimiento del área planificadora y del área financiera.
Había existido la situación de que se contrataba el desarrollo de expansión y planificación de los servicios, eso de por sí, podría ser considerado bueno, si no existían los técnicos que al interior de la empresa soportaran esas acciones, pero con el agravante de que quien venía, se llevaba prácticamente su conocimiento y experiencia, solo quedaban pautas para aplicar, pero no la substancia. Vienen los cambios ya en los años setenta, se prepara personal técnico en muchas ramas de la ingeniería y se comienza a tener unos verdaderos equipos planificadores delos servicios públicos, que prácticamente se convierten en los de la ciudad. ¡EMCALI jalona el desarrollo de Cali!
La política partidista trata de tomar partido en la administración de la empresa, sucede a nivel de algunos altos cargos, pero se respeta el de los técnicos y la empresa avanza.
Hago una comparación con la empresa de Medellín, EPM. Allí, hubo un gran señor gerente, al que hay que hacerle una venia, y era gran político: el Dr. Diego Calle Restrepo. Fue Concejal, Diputado, Alcalde, Ministro, Embajador, etc., pero sobre todo fue Gerente de EPM en dos (2) ocasiones, una ocho años y después de un tiempo, otra de 7 años. No dejaba arrimar a ningún político y menos politiquero, porque sabía de su almendrón.
Le dio las bases a EPM y ya vemos su herencia, que trataron de torpedearla hacia principios de los años 90, pero la misma comunidad de Medellín, no lo permitió. Lo conocí, observé sus ejecutorias y hablé con muchos de sus subalternos; qué respeto, que visión.
Hay mucho trecho con lo que ha pasado con EMCALI; después de que EPM venía a aprender de algunos de nuestros desarrollos, ahora vemos de lejos el distanciamiento de EPM.
¿Dónde está el corazón de todo esto? Pues en la degradación hacia la politiquería, en el manoseo de políticos y concejales y también de directivos contaminados o con visos privatizadores. También, por alejarse del enfoque del aprendizaje, en el de la CAPACITACIÓN en todos los niveles, en permitir las visitas a otras empresas y en conocer experiencias que tuvieron o estuvieran teniendo muchas empresas en el mundo. El desarrollo de cualquier empresa, llámale pública o privada, debe de ser dinámica y no estática. Teníamos alguna línea importante que cumplir, la Ley 142 y 143 de Servicios públicos y EMCALI prácticamente desperdició la posibilidad de adecuarse. En 1997 se trató de realizar, pero la concepción dirigida por la alcaldía, fracasó y debió echar para atrás el alcalde siguiente.
EMCALI, la ciudad y sus dirigentes de todo orden, no visualizaron los negocios que ahora comparativamente EPM diversifica: por ejemplo los de generación de energía hidráulica, (gas, eólica, paneles solares, etc.; en los de telefonía, para arriesgarse a la innovación telefónica; en los avances en informática, en pagos, en atención oportuna al cliente, en acercamiento al mismo, con mercadeo fácil, sencillo y de captación y de permanencia de clientes; en el de la metrología, en fin, en actualizarse, en transformarse. Considero que en la fastidiosa comparación, los dirigentes antioqueños tenían mentes más abiertas, contando con el conocimiento propio de sus funcionarios y empleados de EPM. Y, que yo recuerde, no tenían menos prestaciones que en EMCALI, y sus costos administrativos, eran mayores comparativamente; era y es, ¡el enfoque!.
Creo que la tendencia de un tiempo atrás, de querer creer que todo lo oficial es malo y corrupto, que solo debía de ser manejado por los particulares, posiblemente con el origen del manoseo politiquero, creó unas tensiones que llevaron al manejo de situaciones, para pensar en feriar sus patrimonios, y en hacer disminuir su goodwill, cosa que estoy seguro que en EPM nunca se trabajó ni pensó. Definitivamente aquí en el Valle del Cauca, las elecciones populares, nos hicieron mucho daño y fue el comienzo del deterioro.
Si la influencia politiquera es de corrupción, eso no quiere decir que marche sola, va de la mano de quien quiere hacer las cosas a su manera o para sus beneficios, pone el dinero (particulares) y aquellos (politiqueros) o sus influidos (algunos funcionarios y empleados), se venden por un plato de lentejas o por casa, carro y beca. Es claro y sabido, que los funcionarios y actores corruptos, van de la mano entre personas del sector público y entre personas del sector privado.
Hoy da pena que el manejo administrativo de la empresa EMCALI, tienda a su desmejora patrimonial en todos sus servicios y es el estado colombiano, quien la ha tenido por más de 10 años. Se puede reconocer el esfuerzo en el manejo financiero, pero no en el operativo y menos en el preventivo y escaso en el de planificación, pues esta área de tanta importancia en cada uno de sus servicios, se dejó completamente de lado y habiendo buenos funcionarios y expertos técnicos, los grupos no contienen los necesarios para un buen avance en esa visión del mediano y largo plazo. No puede volverse al manejo de las consultorías de hace más de 30 años, que deben de ser puntuales pero con dirección totalmente interna.
La concepción de pagar unos créditos con altos intereses, debió mirarse por el estado con otra óptica. El estado debió conocer oportunamente por herramientas propias, que la capacidad financiera de EMCALI, no daba para pagar la PTAR. Esa perspectiva salió de EMCALI y del alcalde de su momento, para que la nación efectivamente auxiliara a la entidad totalmente en su valor faltante. Es que la ciudad de Cali se creció, fue capaz de frenar una bomba de tiempo, con las necesidades que se generaron por la inmigración y la formación de Aguablanca, pero nadie en la nación, dijo: démosle una mano a Cali y a EMCALI y la dejaron con unos compromisos gravosos, que aunados a los otros problemas ya tratados, la llevaron a su momento crítico de la intervención.
Todo esto es parte de una historia; habrá otros momentos de complementarla o quien, la complemente. Lo cierto es que EMCALI, no debe NI FERIARSE, NI DESAPARECER y la ciudadanía en general, debe ayudar a preservar una institución que mucho ha hecho por la ciudad.
Soluciones hay para muchas de las actividades de la empresa y la racionalidad en los costos administrativos se impone y por lo pronto los costos que generan tantos bunkers creados, deben de desaparecer. Igualmente, debe sacudirse de otra serie de costos que le corresponden exclusivamente al municipio, como son el manejo de aguas lluvias y escorrentías, pues no son un servicio público domiciliar, que tienen sobrecostos por el manejo que el estado municipio le ha dado al desarrollo desordenado y permisivo de la ciudad.