El Jodario
Por Gustavo Alvarez Gardeazabal
El país no puede echarle tierra a lo sucedido el domingo pasado, cuando el Presidente trató de hablar ante un público integrado en más del 90 por ciento por militares vestidos en ropa tan deportiva como la que llevaban Santos, su ministro de Defensa y el comandante del Ejército.
Una rechifla que obligó al presidente Santos a subir al máximo su tono de voz y que solo lo dejó hablar cuatro escasos minutos, hizo sentir la protesta militar por el manejo que el Gobierno ha dado a sus tropas para auspiciar las conversaciones de paz en La Habana.
¿Quién le dijo al presidente Santos que la tropa hace parte del unanimismo al que obligó a los presionados medios de comunicación o a los periodistas contratados para hablar de la paz?
Si fueron el ministro Pinzón o los comandantes de las fuerzas militares o del Ejército, el presidente Santos debería removerlos por responsables de la equivocación. Si no lo hace, está aceptando que fue idea suya o de sus casi siempre equivocados asesores de imagen. ¿Error de cálculo de Santos? ¿Falta de mando sobre la tropa del comandante en jefe y de sus generales?
El hecho de que el ministro Pinzón interviniera, hasta rezando, para calmar la rechifla y pedir que dejaran hablar a su comandante en jefe, es muy significativo. Y el que le ordenara al comandante del Ejército que los hiciera poner firmes para apagar el incendio, se puede traducir de muchas maneras.
A casi todos los presidentes del país los han rechiflado alguna vez. Lo que pasa es que esta vez la rechifla fue de los soldados y el chiflado fue quien se creía intocable porque maneja los medios.
@eljodario