Zumbambico
Por: Ing. Claudio Borrero Quijano
En insólita decisión la alcaldía auto compró nuevamente su propio patrimonio público, adquiriendo 164.000 metros cuadrados de “ejidos”, localizados en Pampas de la Pedregosa ó Lomas de Meléndez norte, el detrimento asciende a cuatro mil dieciocho millones ($4.018.000.000.oo) de pesos
Las autoridades municipales se acostumbraron a comprar su propio patrimonio, tal como ya lo hicieron en el DAGMA con los antiguos baldíos que fueron de la Nación, cedidos gratuitamente y a perpetuidad de dominio por las leyes 54 de 1.941 y 175 de 1.948, los cuales a pesar de estar escriturados y registrados a nombre del Municipio de Cali, contando con la permisividad consuetudinaria de las autoridades fueron usurpados, simultáneamente en el Distrito Judicial de Cali se prescribieron insólitamente estos bienes del Tesoro Municipal con la estrategia de adelantar procesos contra indeterminados, no obstante ser bienes de uso público, localizados simultáneamente dentro del espacio público, excepcionalmente en la Municipalidad se ha violado el mandato constitucional no acatando el carácter imprescriptible, inalienable e inembargable de los bienes de uso público.
Igual cosa acaba de suceder con los ejidos Lomas de Meléndez Norte ó Pampas de la Pedregosa, localizados al norte del río del mismo nombre, a donde la Secretaría de Vivienda administradora de los ejidos por acuerdo del municipio de Cali, compró su propio patrimonio en área de 164.831 metros cuadrados, por un valor total de cuatro mil treinta y ocho millones, trescientos cincuenta y nueve mil quinientos pesos ($4.038.359.500.oo), adquisiciones celebradas entre los años 2.004 y 2.005, el evidente detrimento económico lesiona el interés colectivo, los vendedores de la hacienda Santa Helena, propiedad privada rodeada de ejidos por el occidente, norte y oriente, al sur alinderada del río Meléndez, cuya tradición se origina en las hijuelas número 10 y 13 de Manuel José González y Vicente González, quienes englobaron su propiedad de 737.000 metros cuadrados después del juicio divisorio adelantado entre 1.891 y 1.897 por el agrimensor Joaquín de Caicedo, desafortunadamente por la desidia de los funcionarios públicos de vieja data quienes nunca cuidaron el ejido terminaron vendiéndoselo al propio Municipio de Cali.