En vísperas de la fiesta de Cristo Rey del próximo domingo, con la que la iglesia cierra el ciclo litúrgico, el evangelio de hoy sigue poniendo su mirada en el último tramo del recorrido cristiano
Caliescribe: Espiritualidad
“Vigilad, porque no sabéis el día ni la hora…”
Nos acercamos al final del Año Litúrgico y la liturgia enfoca nuestra mirada sobre la venida definitiva del Señor al final de los tiempos. Dirigir nuestra vista al horizonte del camino no significa quedarnos contemplando
“El primero entre vosotros será vuestro servidor”
La liturgia de hoy nos muestra como Dios sigue llamando a cada uno de nosotros, sus hijos, para integrarnos en su proyecto de amor, dándonos pautas en su seguimiento para transformar nuestras vidas
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón”
¿No nos sentimos a veces envueltos en una multitud de preceptos y normas, tradiciones y costumbres que debemos cumplir?
“Dar a Dios, lo que es de Dios”
La existencia de cada persona se realiza y se desarrolla (o se ve impedida y obstaculizada) en diferentes ámbitos: la sociedad, con sus distintos elementos: político, económico, educativo
“A todos los que encontréis, llamadlos a la boda”
Recibir el consuelo de Dios es una de las experiencias religiosas más intensas e iluminadoras que puede experimentar el creyente.
“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”
El relato del Evangelio de este domingo comienza de manera similar al canto de Isaías: “Un propietario plantó una viña, la rodeó con una tapia, cavó un lagar y construyó una torre
Lo que agrada a Dios…
La Palabra de Dios nos sitúa este domingo ante la responsabilidad personal en el seguimiento de Jesús. Como en tantas otras dimensiones de la vida, la ambigüedad de nuestra condición humana
“Los últimos, serán los primeros”
La parábola de los obreros de la viña nos invita a reflexionar una vez más sobre el Reino de los Cielos o Reino de Dios donde muestra que lo esencial de la vida cristiana
“Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar?”
En este vigésimo cuarto domingo del Tiempo Ordinario (17 de septiembre), las lecturas nos invitan a reflexionar sobre el perdón y la reconciliación.