Por Julián Velasco Arboleda.
Arquitecto de la Universidad Javeriana, Master en Economía de la Universidad de los Andes, Master in Administración Pública (MPA) de Harvard University, Master y PhD (cand) en Economía de Harvard University.
Desarrollo Urbano y Vivienda son dos caras de la misma moneda
Desarrollo Urbano y Vivienda son dos caras de la misma moneda; el hábitat del ser humano comprende no solo las paredes de su domicilio particular sino también los espacios que conforman la ciudad y que son una extensión de su vivienda. Por esta razón, es necesario enfrentar y buscarle solución a dos problemas que Cali y sus moradores padecen a saber: el deterioro del espacio urbano particularmente de su espacio público y el déficit cuantitativo y cualitativo de vivienda.
En los últimos años Cali ha sufrido un deterioro progresivo, en el centro de la ciudad, en sus cerros tutelares, en los ríos y en los espacios públicos en general. Teniendo en cuenta solo factores de tipo distributivo o de equidad social, si las familias de estratos más bajos no pueden disponer de viviendas con algún nivel de comodidad, la ciudad debe ofrecerles por lo menos espacios públicos que permitan disfrutar de sus beneficios a todos por igual.
El déficit cuantitativo y cualitativo de vivienda que supera ya las 120.000 unidades
El déficit cuantitativo y cualitativo de vivienda que supera ya las 120.000 unidades, es percibido por la población caleña como una de sus mayores necesidades, extendiendo la definición de vivienda digna a los espacios urbanos que la rodean y complementan. Los proyectos de VIS y VIP han sido insuficientes para satisfacer los requerimientos de vivienda digna de los más pobres, por eso estamos superando las 90.000 viviendas que hacen falta para familias que no tienen techo y tienen más de 10 años en la ciudad y 30.000 familias cuyas viviendas exigen mejorar sus condiciones de habitabilidad.
Entre las acciones municipales que mejorarían en forma cuantitativa y cualitativa la situación de la vivienda y el espacio urbano se mencionan: legalización de predios mediante titulación masiva, estímulo a la construcción en altura especialmente en el centro, mejoramiento de barrios incluyendo zonas verdes y espacios públicos accesibles, prevención y control de nuevas invasiones. Y en estos programas las administraciones municipales son inferiores en acción y dimensión de la problemática,
La topografía de Cali, una de las más bellas de Colombia, es atribuible en gran parte a la simbiosis entre unos cerros tutelares y unos ríos que la atraviesan. Los ríos, otrora fuente de recreación y disfrute visual de sus habitantes son solo sombra de lo que fueron hace una generación, han sufrido un deterioro progresivo y se han convertido en albañales a cielo abierto. Las rondas de los ríos han sido invadidas por familias que buscan terrenos para sus viviendas y en algunos casos, aún por instituciones del Estado que no respetan la norma que exige 30 metros a lado y lado, libres de todo tipo de construcción.
La normatividad para las laderas de Cali dificulta su incorporación a la malla urbana. Esto y la falta de controles adecuados han acelerado la ocupación ilegal de terrenos, muchos en zonas de alto riesgo y de todas maneras con perjuicio para la conservación del medio ambiente.
Un Programa de Mejoramiento Integral, que sería prioritario
Una primera aproximación a la solución de la problemática de vivienda ligada al desarrollo urbano sería la ejecución de un Programa de Mejoramiento Integral, que sería prioritario, buscando mejorar la calidad de vida de sus habitantes más pobres, mediante la vinculación de los asentamientos de desarrollo incompleto a la malla urbana formal. Tendría tres componentes a saber:
Titulación y legalización de la posesión de tierras en asentamientos subnormales, que garantizara la seguridad legal de la propiedad. No incluiría las ocupaciones de las rondas de los ríos.
Regularización de los barrios subnormales, incluyendo zonas verdes y espacios públicos accesibles donde se presenten asentamientos de desarrollo incompleto.
Mejoramiento de viviendas, donde ya existan predios legalizados, mediante la aplicación de subsidios y créditos para ampliación del área, instalación de servicios y reparaciones menores.
El exagerado crecimiento de los procesos de asentamientos subnormales y de urbanización clandestina, en los 4 puntos cardinales de la ciudad, hacen que sea urgente que el Sr Alcalde, Maurice Armitage, el Secretario de Gobierno, la directora de Planeación y su Secretario de Vivienda, lancen una respuesta que detenga el mal uso de la tierra al borde del perímetro urbano, especialmente en los 15 corregimientos (Pance, La Buitrera, El Saladito, Felidia, El Hormiguero, Golondrinas, Montebello, Navarro, Pichinde, Villacarmelo, La Castilla, La Elvira, La Leonera, La paz y los Andes). Llevamos décadas con este fenómeno municipal y en los últimos años ha estado bajo la complacencia de los 15 Corregidores, que son funcionarios administrativos con funciones de Inspector de policía, representantes directos del Alcalde. Sin esta solución, no habrá planeación del desarrollo urbano de Cali y de la vivienda.