Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
A título informativo reproducimos algunos apartes de artículo publicado en el último número de Investigación y Ciencia (Versión española de Scientific American) sobre la pandemia del coronavirus.
“La difícil relación entre la «ciencia exprés» y los medios de comunicación”.
“En el momento de escribir este texto, ya pueden consultarse más de 600 artículos en PubMed sobre el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) o la enfermedad que causa (COVID-19), además de otros tantos disponibles en los repositorios de artículos todavía no revisados (pre-prints). Jamás en la historia de la ciencia ha habido tanto conocimiento sobre un virus a los dos meses de haberse descubierto. Es una muestra de las posibilidades que tenemos hoy en día para combatir este tipo de amenazas”.

“Sin embargo, debido a la necesidad de compartir datos por la urgencia del tema, algunos de esos trabajos se han publicado sin pasar por los controles de calidad habituales (la situación es tan excepcional que el repositorio bioRxiv ha publicado en su web un mensaje de aviso, en el que se recuerda que los numerosos trabajos que se están recibiendo sobre el nuevo coronavirus son informes preliminares que no han sido revisados por pares y que, por tanto, «no deben ser considerados concluyentes, ni guiar la práctica clínica ni el comportamiento relacionado con la salud, ni ser comunicados en los medios como información verificada»). De hecho, varios de estos «artículos exprés» ya han tenido que retirarse porque se ha detectado que contenían errores”.
“El coronavirus no se ha escapado de ningún laboratorio”
“Uno de los artículos que menos ha tardado en retirarse ha sido el que sugería que el nuevo SARS-CoV-2 era una mezcla artificial entre un coronavirus y el VIH. El 30 de enero fue publicado en el repositorio bioRxiv por un equipo encabezado por Prashant Pradhan, del Instituto de Tecnología de la India. El 2 de febrero fue retirado por los propios autores, al comprobar que había errores en los análisis bioinformáticos y en la interpretación de los mismos. Sin embargo, y por desgracia, ha sido uno de los artículos más comentados en las redes sociales, lo cual ha promovido el bulo de que el SARS-CoV-2 se había creado por ingeniería genética en un laboratorio”.
“Conforme han ido creciendo los datos disponibles, otros investigadores, liderados por Hong Zhou, de la Academia de Ciencias Médicas de Shandong, han comparado el genoma del SARS-CoV-2 con el de cientos de coronavirus de murciélagos. Sus resultados, publicados el 2 de marzo en bioRxiv, sugieren una fuerte relación entre ambos genomas. Concluyen que el SARS-CoV-2 ha surgido de forma natural por recombinación entre virus presentes en murciélagos y otras especies animales. Así pues, el nuevo coronavirus no se ha escapado de ningún laboratorio ni es fruto de la ingeniería genética. La naturaleza se basta y se sobra para generar este y otro tipo de nuevos virus”. “La cuestión sobre el origen del nuevo coronavirus sigue sin respuesta”. O como bien decían los abuelos; no creer en cuentos, ni de brujas, ni en espantos. Ni en el “ánima sola” que tanto asustaba en calles y caminos, pero que con el alumbrado eléctrico, tampoco ha vuelto.