
Nicolás Ramos G
Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP
Cuando en el mundo crece la preocupación por el calentamiento global y cada día son mayores las evidencias que presenta el comportamiento del clima, que viene causando estragos por doquier, vemos como el Presidente Trump, quien no se ha destacado precisamente por sus conocimientos y si por su ignorancia, retira a EE.UU., el segundo contaminante ambiental después de China, del Acuerdo de París, cuyo objetivo es contrarrestar el calentamiento. Trump solo piensa en la producción del día, en aumentar los índices de crecimiento económico y no en lo que pasará mañana.
Hoy en el mundo existen cada vez más personas dedicadas a la investigación en todos los campos y en especial en el desarrollo de la inteligencia artificial, o sea los nuevos algoritmos que en las ciencias físicas y naturales facilitan la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías, que como se prevé, controlarán cada día más al hombre, no solo en la toma de sus decisiones sino en su vida. Igual, el adelanto de la robótica, con máquinas con mayores posibilidades de tomar decisiones por su creciente capacidad de cálculo y análisis, tal el caso del juego de ajedrez, en donde el ordenador, capaz de realizar millones de análisis por segundo, derrotó al campeón mundial.

Quienes quieran conocer más sobre la responsabilidad de todos los humanos sobre el futuro del planeta tierra, pueden consultar el libro PODEMOS SALVAR EL MUNDO ANTES DE CENAR, de Jonathan Safran Foer, cuyo contenido es muy pertinente con relación a este tema. Allí se dice que el consumo de carne es la causa del 51 % del calentamiento global.
Los científicos del Worldwatch Institute, que evaluaron el informe de la FAO sobre el consumo de carne, estiman que el ganado es responsable de la emisión de 32.564 millones de toneladas de CO2 y metano al año, más que todos los coches, aviones, centrales eléctricas e industrias juntas.
Volviendo a las fábulas de Esopo, que no nos coja el mañana con la despensa vacía, la tierra calentándose, el hielo de los polos derritiéndose, el nivel de los mares subiendo, sino como el abuelo lirón que piensa en el mañana y por lo tanto no derrumba el árbol de encina.