Guillermo Ulloa T
análisis del desarrollo económico sostenible basado en valores de la economía de mercado, la libertad y la democracia de la región suroccidental de Colombia.
Un grupo de profesionales libre pensadores, vinculados a diferentes sectores de la economía regional, conformaron hace dos años un centro de estudios, independiente, apolítico y sin ánimo de lucro como respuesta a formulación de estudios hacia análisis del desarrollo económico sostenible basado en valores de la economía de mercado, la libertad y la democracia de la región suroccidental de Colombia.
A diferencia de la división geo política de la Región Pacifica, la cual solo tiene en cuenta los departamentos de Choco, Valle del Cauca, Cauca y Nariño, el Centro de Estudios del Occidente Colombiano, CENOC amplía su horizonte a siete departamentos de condiciones étnicas, topográficas, climáticas y de riqueza agropecuaria similares. Sumados los departamentos de Putumayo, Caquetá, Huila, Tolima, Caldas, Quindío y Risaralda, a los cuatro primeros, conectados a través de su litoral a la cuenca del Pacifico, se constituyen en fortaleza económica equivalente al 35 % del PIB nacional.
Son territorios afectados por el conflicto, cultivos ilícitos, corredores delincuenciales y desgobierno. Podrían alcanzar oportunidades inigualables cerrando brechas de pobreza, desigualdad y subdesarrollo potencializándose a través de un desarrollo agroindustrial moderno, técnico y eficiente convertido en la oportunidad más importante de Colombia.
Estudios de la FAO consideran que hacia el año 2050, la población mundial se acercará a 10 billones y la respuesta de alimentar esa población, mayoritariamente urbana, recaerá en pocas regiones del mundo. Colombia, por su riqueza hídrica, variedad de pisos térmicos, clima y fertilidad de sus suelos es llamada a convertirse en despensa de seguridad alimentaria global.
CENOC, realizó recientemente en Cali y Popayán, un foro en el cual el invitado especial fue el ex ministro de agricultura y riego del Perú, licenciado Juan Manuel Benites Ramos.
Para admiración de los asistentes disertó sobre el “milagro” peruano.
devolvió la vocación campesina, mediante seguridad jurídica, tributaria y apoyo decidido de una política de estado desarrollista y protección a la propiedad privada.
Después de varias décadas de fallidas reformas agrarias de los presidentes Belaunde Terry y Velasco Alvarado, fue Alberto Fujimori, quien devolvió la vocación campesina, mediante seguridad jurídica, tributaria y apoyo decidido de una política de estado desarrollista y protección a la propiedad privada.
En veinticinco años convirtieron desiertos en regiones agrícolas dotadas de distritos de riego, eficiencia tecnológica y rendimientos en producción de cultivos superando los más altos indicadores mundiales.
De un nivel de exportaciones de US$ 295 millones han llegado a US $ 5,790 millones, siendo el aporte agroindustrial el 60% del valor, convirtiéndose en uno de los primeros diez países en oferta de productos frutícolas y hortalizas.
En los últimos diez años duplicaron el volumen de su producción. El crecimiento agroindustrial promedio es del 4,4% anual y las exportaciones crecen un 15%. Se disminuyó la pobreza del campo en un 31%, duplicando el empleo formal en el mismo periodo, acompañado de un régimen laboral especial.
La inversión pública se ha destinado en mayor proporción a servicios en vez de subsidios. La frontera agrícola, de la cual se espera ampliar en 200 mil hectáreas, dotada de infraestructura es la prioridad, proyectando ingresos superiores a $ 10 mil millones en agroexportacion al 2021.
Los once departamentos colombiano, analizados por CENOC tendrían un potencial superior diez veces al “milagro peruano”.
Dejo a la imaginación la pregunta; ¿Qué será lo que nos hace falta?